Las desventuras de Elena (5)
Fecha: 23/02/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
La pobrecita esperaba vistiendo la ropa que llevaba en el momento de su captura, un jean celeste no muy ceñido, blusa blanca de manga larga, pullover celeste, de cuello redondo, camperita corta de jean, zoquetes deportivos y zapatillas blancas, aunque por supuesto sin ropa interior.
-¿No vas a ver hoy a tu hembra? –preguntó la guardiana mientras iban en camino hacia allí.
-Hoy no. –le contestó Julia. –Quiero reservarme para la pichona.
-Te entiendo. –dijo Wanda emitiendo una risita, y agregó: -Un día de éstos me gustaría mostrarte toda la mansión. Conocés únicamente mis habitaciones y el sector de celdas, pero hay mucho más, querida.
-Sí, claro. –respondió Julia. –Me encantará conocer todo. La próxima vez que venga me ofrecés una visita guiada, jeje.
-Muy bien, ah, y te cuento que ya tengo a los ocho hombres que me pediste para entregarles a tu perra. Tres de ellos son de los más dotados del Club. Los he visto en acción y te aseguro que si yo no fuera lesbiana sus vergas me darían hambre, je.
Julia se entusiasmo: -¡Perfecto, Wanda, perfecto! Dame los teléfonos de todos ellos y los llamaré.
-Antes de irte te doy esos datos. Yo les adelanté lo imprescindible. Vos explicales todos los detalles y ponete de acuerdo en el día y la hora de la... fiestita.
-Espero que estén disponibles para esta misma semana. Ardo en deseos de ver a Elenita tragándose esas ocho vergas. –dijo Julia excitada de sólo imaginarse la situación que le haría vivir a su ...
... esclava.
Habían llegado a la celda de Agustina. Wanda hizo girar la llave en la cerradura, empujó la puerta y se hizo a un lado para dejar paso a Julia.
La esclavita, que había sido previamente instruida por la guardiana, se arrodilló con la cabeza gacha y las manos atrás. Julia se excitó al verla en actitud tan sumisa y adelantándose hacia ella le tomó la cara entre las manos.
-¡Qué bien educada estás, pichoncita! –le dijo.
-Sí, Ama Julia, me han enseñado que debo ser respetuosa... –contestó Agustina con su deliciosa vocecita y cuidándose de no mirarla a los ojos.
Entonces intervino Wanda:
-Le tiene tanto miedo al castigo que me bastaron unos pocos varillazos para que aprendiera cómo debe comportarse.
-Es encantadora. –dictaminó Julia reprimiendo sus deseos de someterla allí mismo.
-¿Te la vas a llevar en taxi?
-Claro.
-Bueno, tomá. –le dijo Wanda sacando de un bolsillo un curioso artefacto de metal plateado que semejaba una dentadura completa, sólo que lisa en sus partes superior e inferior.
-¿Qué es esto? –preguntó Julia mientras lo observaba con una expresión de asombro.
-Te voy a mostrar cómo se usa. –le dijo la guardiana, y dirigiéndose a la esclavita le ordenó que abriera la boca. Agustina obedeció inmediatamente. Wanda separó ambas partes del aparato oprimiendo dos pequeños botoncitos laterales y lo introdujo en la boca de la esclavita. Después metió en la cavidad bucal el dedo pulgar y el índice, volvió a oprimir los botoncitos y el aparato, ...