1. Nos quedamos sin consuelo (Partes I y II)


    Fecha: 21/09/2017, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... de mi padre y me comí su polla hasta dejarla bien húmeda y preparada. Me tumbé en la cama, levanté los pies y le di mi agujero anal a mi padre, que dijo:
    
    — Lubrico?
    
    — ¡Echa, echa y atraviésame si es que me amas!
    
    Mi padre inició una lenta y cuidadosa penetración y le dije:
    
    — ¡No me seas maricón, puto de mierda y tira p’a dentro de una puta vez!
    
    Mi padre me hizo caso y entró, vaya que sí entró, eché un grito que inició en el culo pasó al estómago y salió como bufido de satanás. Mi padre se quedó quieto, abrí los ojos, le sonreí y le dije cariñosamente:
    
    — Hala, cabronazo, tras la estocada acaba la faena.
    
    E inició un largo mete y saca que vi las estrellas y luego la gloria.
    
    — Eso es follar, lo demás son mariconadas —exclamé agradecido.
    
    Luego ya vino la dejada, que no fue necesario que avisara porque no notaba, me llenó, me llenó a tope y me llegó el momento, los chorros fueron a la ara de mi padre los primeros y el resto lo compartimos, me puse en la boca una dedada y la comí. Mi padre se quedó mirando y con un poco de reparo, probó y le gustó la vida de su hijo. Esa noche dormimos juntos en mi cuarto, los demás días iba yo a la habitación de mi padre para consolarnos, pero ahí busqué los cosméticos de mi madre poco a poco aprendí a presentarme ante mi padre como mi madre, aunque creo que más sexy, porque era más recatada que las monjas ursulinas. Así pasamos cuatro meses a lo largo de los cuales acerté a reconstruir el hombre y él me ayudó a mí. Le he ...
    ... dicho muchas veces que se busque una mujer, pienso que ya lo está haciendo, pero no me ha dicho nada.
    
    Parte II
    
    Conforme iba transcurriendo el tiempo, se iba normalizando nuestra situación en casa. Mi padre me preguntó si algún amigo o amiga o su madre necesitaban trabajo y le indiqué que en el vecindario quizá alguien lo necesitara, pero no quiso que nadie del vecindario entrara en casa, porque lo que quería es servicio doméstico y no deseaba ir de boca en boca. Sugerí a mi padre que hablara con su amigo el cura que oficio el entierro de mi madre porque “ellos siempre saben de personas que necesitan trabajo y son de fiar”. Le pareció bien y en una semana se nos presentó una señora simpática, aseada y sabia en lo suyo. Comenzamos a comer más veces en casa y mejor. Se dedicó a hacer las compras, la limpieza y la cocina, era media mamá lo que teníamos, empecé a tomarle cariño. Si le avisaba podía traer algún amigo a casa, se esmeraba y no se quejó nunca, así en María Teresa, humilde, sencilla y servicial.
    
    Hoy mi padre está casado, la mujer de mi padre está muy contenta con María Teresa y así puede seguir con su tienda de moda “fashion for life”. Me he hecho cariñoso con Laura, así se llama la mujer de mi padre. Mi silogismo es el siguiente: mi padre necesita una mujer para ser feliz, si mi padre es feliz, yo seré feliz, luego mi padre ha hecho bien en volverse a casar”, eso me obliga a hacer feliz a Laura. Aunque me dirijo a ella como Laura y no como mamá, que a mi edad ...
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