Corneado, enculado, dominado y humillado
Fecha: 02/03/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Tothem, Fuente: CuentoRelatos
Felipe, mirando sin pestañear la calle, había retomado ese estado de aislamiento que le era necesario para la continuidad de sus reflexiones. El optimismo empezaba a brotar de sus labios. Vio esa oportunidad de negocio, quería que avanzara con precaución, incluso con timidez. Porque las grandes metas se hacen con herramientas y no con ideas; y las condiciones económicas lo cambian todo: viajes, bienestar, fiestas, liberalidad sexual. Sin emoción no hay acción. Desde el martes que habían llegado le estaba dando vueltas a ese negocio, tenía las herramientas para captar nuevos turistas en este país, mantener esos enlaces era importante. Le sería de utilidad que le enviaran en los meses veraniegos esa gente a su nuevo local en la costa. Junto con su mujer, una mujer algo ajamonada, de amplios pechos, algo musculada y relamida habían estado experimentando desde hace un año las virtudes de la vida moderna mediante intercambios de parejas, lo cual les daba esa sensación de gente puesta al día. Felipe, tenía ese aire de marinero indulgente con el mundo después de una borrachera borrascosa, acompañando hasta las afueras del edificio a sus amigos, los cuales también acompañados de sus respectivas mujeres habían llegado unos días antes. Movido por la justa decisión de un hombre que ya ha sobrepasado los cuarenta, amenazado en lo que le era más que su reposo y su seguridad, se preguntaba a si mismo si debía hacer caso a sus amigos. Había descendido a los abismos de las reflexiones ...
... morales. Con el criterio que le otorgaba su temperamento, pronuncio su opinión. Fue una suerte extraordinaria que ella, su mujer aceptase de buen grado esa sugerencia. Es evidente que nadie se opone contra las ventajas y oportunidades que la situación proporcionaba, sino contra el precio que por ellas haya que pagar en moneda de moralidad. Y en esta última, debido a sus nuevos gustos sexuales estaba superado.
– Pues sí, Felipe, como te decía es una deferencia hacia ellos, ya que queremos captar ese tipo de turismo, encima nos gustan esas experiencias nuevas y más si ella, como has dicho acepta de buen grado. Lo que uno de nosotros pueda o no saber sobre un hecho dado no puede ser materia de indagación, como es tu caso – dijo uno de sus compañeros.
– Completamente de acuerdo, encima mi mujer no pone objeciones, será cuestión de adoptar un rol diferente en esta nueva aventura sexual – dijo Felipe.
– Claro, aunque la tipología de esta gente es diferente, ellos te ven como un cornudo, desde luego son sensaciones fuertes, usan a tu mujer delante de tus narices, pero son experiencias inolvidables aun con su insensibilidad para contigo – dijo el otro compañero.
A la mía la gozó con voracidad, conmigo adopto una pose de arrogancia suprema, como te han dicho toca la fibra – dijo otro.
– Lo dicho, esta experiencia deberá ser vivida, no pongamos peros, ¿dónde se encuentran… cómo diría, estos corneadores? – dijo Felipe.
– En el club de Logan, siempre están de caza, será un ...