1. El Profesor (Final)


    Fecha: 17/03/2020, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... costado de sus nalgas, en la espera por lo que iba a suceder. Acto seguido, dejé caer mi mano en esa montaña de carne lanzando un delicioso y satisfactorio ruido de azote. Gruñó causando que mi erección terminara de formarse. Automáticamente quedó una marca roja que resaltaba en su piel suave y blanca como la porcelana. -¿Haremos esto aquí y ahora? –preguntó mientras se mordía los labios, aún sobre mis rodillas con sus nalgas expuestas-. Puede venir la abuela. Sólo iba a estar en la casa de al lado con la vecina. -Tienes razón –dije-. Vamos a la habitación. Lo tomé del brazo y nos fuimos a mi habitación. Sonreí al ver que Rocco caminaba con los pantalones a medio muslo. Me sentía como un adolescente travieso. Una vez adentro y con la puerta asegurada, lo lancé sobre la cama y me monté sobre él. Sus manos capturaron mi cabeza y la acercaron a la suya para unirnos en un sabroso beso. Eran tan mágicas las sensaciones que recorrían mi cuerpo cuando nos besábamos, que comenzaba a volverme adicto a ellas. -Necesito una ducha –me dijo cuando nos separamos-. Estoy un poco sudado. -Nah. Sabor a macho –sonreí. Le quité la sudadera empapada, y me adherí a su cuello. Mordí y succioné ese lugar, disfrutando de cómo se retorcía cuándo tocaba ese lugar cerca de su clavícula. Lamí sus tetillas y pecho, quedando pegado en mis papilas gustativas el sabor salado de su sudor. Creo que verlo de esa forma… ver cómo su piel ahora tostada por el sol brillaba por la capa de sudor, me producía un ...
    ... morbo tremendo. Besé cada centímetro hasta que llegué al elástico de su calzoncillo. Terminé de sacarle la ropa y pude hundirme sin tapujos en su pubis que él había dejado poblarse de vellos claros (que aun así eran pocos). Su verga apuntaba al cielo más gorda y grande que nunca. Su glande estaba inyectado en sangre y fue lo primero que llevé a mi boca. Adoré escuchar sus masculinos gemidos otra vez. Y amé volver a probar el sabor de su pene, que estaba ligeramente salado debido al sudor. Su olor a macho sudado, sin ser repugnante, era sexi y masculino, entregándole un plus erótico a la situación. De pronto nos encontrábamos haciendo un feroz sesenta y nueve, estando él debajo de mí. Sentía su nariz golpear mis huevos cada vez que se tragaba mi verga completa, y estaba seguro que él también sentía cuando yo hacía lo mismo. Su pene se amoldaba perfectamente a mi garganta, permitiéndome hundir ese cilindro sin problema alguno. Con mis dedos comencé a jugar con sus testículos, al mismo tiempo que él comenzaba a incursionar en nuevos terrenos. Sentí su lengua en mis huevos mientras con su mano me hacía una paja, para luego ir subiendo hasta mi ano. Apreté esa zona de forma inconsciente cuando su lengua llegó a ese lugar. Hacía mucho tiempo que no sentía ese estímulo en mi ano, provocándome unas enormes ganas de continuar. Relajé el músculo y lo invité a seguir con lo que estaba haciendo. Mientras tanto, continué lamiendo su pene y testículos. Rocco movía su lengua en círculos y de ...
«12...567...»