1. Cómplice circunstancial (Ahora me descubre con mi hermanastra)


    Fecha: 22/03/2020, Categorías: Incesto Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    Creí saber que tía Fátima se guardo el secreto, era lo más lógico, porque a que padre se quedaría de brazos cruzados si alguien les contara que sus hijos tienen sexo cuando ellos no están en casa. Ni un comentario, es más, incluso la propia tía se comportó como que si nada hubiese pasado. Mis hermanos y yo sin embargo tratamos de ser más comedidos, porque seguimos cogiendo. Era algo que no pensábamos dejar de hacer, era nuestro juego, algo que empezaba a ser una necesidad básica como comer o tomar agua. Pasaron los días y ahí estábamos otra vez haciendo nuestras cosas. Ya he contado que mi hermana a sus 12 era una golosa come polla que me buscaba para tener sexo casi a diario. Hubo veces que nomas mis padres se iban a trabajar y ahí estaba ella pasándose a mi vieja cama para que le diera su ración de verga. Menuda tarea, porque tenía que atenderla a ella y de vez en cuando también a mi hermano. Normalmente me lo cogia cuando hacíamos nuestras mini orgias entre los 4, Beatriz, mi hermano hoy de 10 y Lily de tan solo 8 (A ella nomas le mamabamos el chocho) En más de una ocasión pude saber que tía Fátima no era ajena a lo que hacíamos, como dije, vivía cruzando la calle y mis padres le pedían que nos echara un ojo. Casi siempre llegaba a media mañana, veía que ya hubiésemos desayunado, que hiciéramos las tareas escolares y que todos sin excepción nos bañáramos para ir a la escuela. Luego ella misma cerraba la puerta y se iba a su casa desde donde tenía a bien cuidar la nuestra. ...
    ... Como dije, en más de una ocasión me percaté que llegaba y cuando se daba cuenta que estábamos teniendo sexo simplemente desaparecía de nuestra vista. Nunca supe si se iba a su casa o si alguna vez se quedo espiando lo que hacían sus degenerados sobrinos. Por más que lo pienso, jamás sentí algún morbo al saber que alguien mayor, que una mujer madura pudiera estar viendo y quizá le excitara en alguna forma. Realmente nunca se me pasó por la mente algún pensamiento de deseo a su persona, quizá por su manera de ser, su físico o quién sabe. De hecho a los 14 las únicas persona que me interesaba sexualmente era mi hermana. Cierto es que antes de ella había jugueteado con más de alguna niña, pero que me hiciera sentir deseo como el que me despertaba Beatriz ninguna. Pero todo cambia dice el dicho, pasaron algunos meses y apareció una hermanastra hija de mama. Tenía 19, un tanto inocente quizá por haber vivido con los abuelos toda su vida entre animales y sembrados. Llego según que a buscarse una vida en la ciudad, por lo que mi madre la inscribió en una escuela nocturna. Y ahí teníamos a alguien más instalado en nuestra casa. Para colmo le dieron mi vieja cama mandándome a dormir en unos colchones en donde también dormían mis hermanos, en uno quedamos los varones y en el otro las dos hembras. Rosa era tan alta como mama, 1.75 o más, rellenita y de culo grande, tetas medianas y de pezon parado. Sus piernas gruesas al igual que sus brazos, era la típica muchacha de campo acostumbrada ...
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