Cómplice circunstancial (Ahora me descubre con mi hermanastra)
Fecha: 22/03/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues
... al trabajo duro. Tenia un rostro de tontuela que la hacía fácil de aceptar como hermana. Porque si algo es difícil de aceptar es que de la noche a la mañana alguien se llegue a tu casa y le den tu cama y que para colmo tengas que privarte de coger cuando se te antoje. Desde que Rosa llego a nuestra casa, Beatriz y yo tuvimos que ideárnosla para hacer nuestras cosas. Cogiamos menos y si lo hacíamos muchas veces teníamos que ir a una terreno contiguo al nuestro y allí entre montes echábamos palo. Era rico, porque si algo habíamos aprendido, es a gozar como habíamos visto en la revistas y películas. Una tarde que no fuimos a la escuela nuestra hermanastra salió con nuestra tía Fátima a ver un empleo. Que mejor oportunidad pensamos – Quizá ni pensamos, éramos adictos- para echar un polvo. Nuestros hermanos chicos estaban fuera jugando y ahí estaba yo totalmente desnudo con mi verga al aire, Beatriz ni lerda ni perezosa se me empujó hasta dejarme recostado en el viejo sofá y empezó a mamarme la verga obligándome a cerrar los ojos del gusto. Sentía como empezaba a recorrer desde el pegue de los huevos y así centímetro a centímetro llegaba a la cabeza en donde hacía un círculo con su lengua para luego engullir nomas el glande y otra vez regresar poco a poco hasta llegar a los huevos de nuevo. Entre los párpados podía ver cómo le gustaba chupar esos 16 cm de verga, creo que hasta se había enamorado de mi pene, lo trataba como si fuese algo muy suyo, lo mantenía rodeado con su manita ...
... infantil y lo miraba con esos ojos de niña satisfecha con lo que tiene. -Te gusta Bea? - Si -Quieres que te la meta? -Si Eran frases cortas, sin morbo, nomas con el deseo de satisfacer los deseos que nos generaba el uno al otro. Beatriz aún seguía con ropa, pero mi mano podía llegar hasta el elástico de su calzón y así sepáralo un tantito para rosarle mi dedo entre los labios vaginales. Estaba húmeda, caliente, su respiración alterada. Mi pene estaba a todo lo que podía pararse, se veía como mazo frente a la boquita de mi hermana. Cualquiera que hubiese visto la escena quizá se hubiera preguntado cómo era posible que esa verga le cupiera en ese pequeño chocho de niña de 12, aunque muchos dirían que tenía 10 por la estatura y complexión de mi hermana. Bien sabría yo si le cabía si teníamos más de un año cogiendo. Mi hermana gemía, sus ojos cerrados. Supe que era momento de darle una chupada de chocho y nomas quitándole sus calzones ahora fui yo quien la sentó en el sofá y empecé a lamerle esa rica raja de arriba abajo, entre medio de los labios vaginales, mordisqueándole el clitoris, succionando sus líquidos que ya eran abundante. Ella se retorcía de placer, sus manos en mi cabeza parecía ordenar que siguiera dándole lengua, intensos quejidos se le escapaban de su boca. Ummmm – gemía una y otra vez -. Supimos que había llegado el momento, la puse de pie y quitándole el vestido infantil la deje totalmente desnuda. Pon la cortina -me dijo – No teníamos cortinas, ella se refería ...