Historia del chip (031) El trío. Daphne 010
Fecha: 03/04/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos
... el cerebrito. En los innumerables satélites que las estaban contemplando en ese momento. El islote era pequeño y allí sólo había piedras y algo de arena. A momentos desesperados, medidas desesperadas. Puso a Jennifer en medio de la parte más plana que encontró e hizo un círculo con un pie. Confeccionó un cuadrado de piedras rodeando a ese círculo y luego dejó un espacio sin piedras antes hacer un segundo cuadrado de piedras. Su mayor duda era la distancia que debía haber entre el primer cuadrado y el segundo. Cuando acabó, estaba agotada.
—¿Qué haces? —preguntó Jennifer entre la calentura, al despertarse.
—Juego. Prefiero tener la mente ocupada. ¿Puedo quitarte el bañador?
—¿Tienes ganas de sexo?
—Siempre tengo ganas de sexo contigo. Es porque necesito algo para conseguir agua.
Jennifer se quitó el bañador.
—Es mejor morir desnuda, supongo. Como nacemos.
—¿Quién habla de morir? En todo caso, deberías morir impecable, no con una pierna torcida.
—No sé cómo puedes bromear en un momento así.
—No hay mejor momento. ¿Puedes hacer que tu cronómetro interno te avise cada hora?
—Claro. Y si estoy dormida hará que me despierte. ¿Puedo saber por qué?
—Necesito hacer señales de humo. Duérmete. Ahorra fuerzas. Sólo despiértate para avisarme y te vuelves a dormir.
—Daphne, siento haberme portado tan mal contigo.
—Duérmete, Jennifer. Si hay algo peor que tus piernas torcidas, son tus lamentos. Quiero que guardes tus energías.
Jennifer se durmió ...
... de inmediato, estaba entre sus potencialidades. Tal y como estableció internamente, se despertaba cada hora para avisar a Daphne y se volvía a dormir de inmediato. Daphne traía agua de mar con el bañador y frotaba ligeramente la piel de Jennifer para mantenerle húmeda, además de lamer la herida de su amante.
Cuando Jennifer la avisaba, cambiaba la configuración de las piedras, llevando todas las del cuadrado interior junto a las del cuadrado exterior y una hora después las volvía a colocar como un cuadrado interior.
No descansó ni un momento. Si no estaba moviendo piedras, estaba llevando agua a Jennifer o lamiéndola. Para no pensar en su situación, hacía cálculos mentales.
El sistema de alerta funcionó perfectamente. Los satélites recogían imágenes cada vez que pasaban por allí y el sistema de inteligencia artificial, al no poder entender la aparición y desaparición de cuadrado interior, procesó un mensaje a un analista humano. La mala suerte es que éste estaba durmiendo y sólo analizó las imágenes después de tres horas. Avisó inmediatamente a la guardia costera. El helicóptero llegó a las siete horas desde que Daphne hubiera empezado las señales de humo en forma de piedras. Antes de permitir que la sedasen, Daphne se acordó de Renoir.
—Por favor, busquen a nuestro amigo. Trató de nadar hacia el barco. No sabemos nada de él.
Para el helicóptero y con las imágenes de satélite fue coser y cantar encontrar el barco, pero Renoir no estaba allí y se dirigieron ...