Desafío de galaxias (capitulo 12)
Fecha: 03/04/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... muchas.
Entraron en el dormitorio, el teniente dejó las bolsas sobre la cama y se sentó en un sillón. Marión, más excitada que nerviosa, iba sacando vestidos de las bolsas y se los ponía por delante para que su nuevo amigo viera como quedaban.
—Ese es mejor verlo puesto, —dijo el teniente cuando Marión sacó uno especialmente sexi.
—Voy a cambiarme…
— No te vayas, hazlo aquí. Ven… yo te ayudo, —dijo cogiéndola la mano y besándola. La sacó la camiseta mientras Marión sumisa se dejaba hacer. Le miraba como hipnotizada con los ojos brillantes de deseo. Desabrochó el sujetador y después de quitarlo sumergió su rostro entre sus pechos mientras los sujetaba con las manos. Marión sentía que se le aflojaban las piernas, nunca había sentido algo así. Las manos del teniente bajaron hasta en pantalón, lo desabrocho, y metiendo sus manos por dentro, lo bajo junto con el tanga hasta los tobillos. La cogió en brazos, la beso en los labios y Marión sintió una punzada en la vagina que la hizo apretar los muslos. Nunca había sentido algo así en sus 46 años de reclusión voluntaria en el monasterio de Akhysar, aunque en algunas ocasiones, en la soledad de su celda, utilizo sus dedos para tranquilizar su espíritu. Sin dejar de besarla, con suavidad la deposito sobre la cama mientras ella apartaba frenéticamente las bolsas. Separó suavemente sus muslos y deposito la mano directamente sobre su vagina. Sin poder evitarlo, Marión dejó escapar un gemido mientras con ansia intentaba ...
... atrapar la lengua del teniente.
—Por favor, ten cuidado, —dijo Marión con la voz entrecortada mientras apretaba la vagina contra la mano de su amigo.
—Lo siento. ¿Te he hecho daño?
—No, no, es que nunca he estado con un hombre, —respondió un poco avergonzada.
—Pues no te preocupes, —dijo el teniente riendo— las vírgenes son mi especialidad.
Siguió besuqueándola mientras se quitaba la ropa. Se tumbó a su lado y fue bajando con los besos por su cuello, sus hombros, sus pechos, su vientre, mientras sus manos recorrían cada centímetro de su piel. Sus labios llegaron a la húmeda vagina y su lengua incansable la recorrió por completo. Marión chillaba y se retorcía mientras intentaba apartar la cabeza de su amigo. La sujetó las manos y siguió insistiendo en el clítoris de Marión, que de pronto se contrajo marcando los abdominales, su boca se abrió como para gritar, pero fue incapaz de hacerlo. Estuvo unos segundos en tensión hasta que se tumbó en la cama gimiendo como una loca.
—¿Qué me has hecho? —logró preguntar finalmente.
—Ese ha sido el aperitivo, —dijo el teniente abandonando la vagina y subiendo hacia su boca—. Y deja quietas las manos, si no quieres que te las ate.
—Haz lo que quieras, —dijo Marión medio en trance.
—¡Uy! Estás oportunidades hay que aprovecharlas, —exclamó el sargento. Saltó de la cama, y cogiendo el cinturón del albornoz regreso y la ato las manos a la espalda. Después, la puso bocaarriba y continuo saboreando los jugos de su vagina. Un ...