1. SECUESTRADA (2)


    Fecha: 04/04/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: noespabilo, Fuente: SexoSinTabues

    ... habéis podido comprobar, la eyaculación se produce de forma involuntaria. —Ahora elegid la compañía que os apetezca y disfrutad de la velada. La última frase fue el pistoletazo de salida de la primera orgia en la que me vi envuelta. Se desprendían de la capa, pero conservaban la capucha que preservaba su identidad. Alguien se acerco a mí, me hizo arrodillar y me obligó a mamarle la polla. Como puse reparos, oí de nuevo el silbido de la vara y el escozor en mi nalga. Con algún tipo de señal había denunciado mi oposición y el castigo fue inmediato. Vi como sodomizaban al muchacho que había sido mi pareja, cómo lloraba. Mi postura facilitó que alguien me poseyera por detrás utilizando mi ano como receptáculo de su pasión. Mientras penetraban al chaval, una mujer, con no menos de sesenta años, chupaba golosamente su polla y se restregaba el coño con furia. Cuando el chico quedó libre, la mujer lo tendió en el suelo y cabalgo con su culo y coño sobre la cara del chico, al que meneaba con fiereza la polla tratando, inútilmente de enderezarla para poder metérsela. Mi postura facilitaba que cualquiera que pasara por allí me utilizara a su antojo. Lo peor es que a veces disfrutaba como una perra de las penetraciones. Vi a la mujer abandonar al chico, entonces me acerque a él, que al verme me abrazó como si yo pudiera ayudarle en algo. Lo cierto es que su aparatito reacciono al contacto conmigo. Yo no me había percatado de que la "señora" nos había visto. De un manotazo me apartó del ...
    ... muchacho, se tendió y lo obligó a montarla, cosa que hizo bajo la amenaza del vigilante. Me miró, me tendió la mano suplicante y me acerqué a la pareja. Yo intuía que si la mujer no quedaba satisfecha le reportaría algún castigo y colaboré. Acaricié los pechos flojos, caídos hacia los lados. Pellizqué los pezones y besé al chico para animarlo. Una de las manos de la mujer pasó por mi coño, introdujo los dedos. Me gustó. Me desplace hasta atacar el culo de la abuela con los dedos al tiempo que acariciaba los delicados testículos del chico. La "señora" respondió, apartó al pobre chico y me incrustó la cabeza en su coño. Chupé, lamí, dedeé y por fin logré arrancarle un orgasmo. Quedó desmadejada en el suelo, pero su mano sujetaba la mía. No podía soltarme. — Ayúdame a levantarme — Ordenó. Me incorporé y la ayudé. Una vez en pié, sin soltarme la mano, tiró de mí, hasta llegar donde estaba el, al parecer, director del evento. Hablaron en susurros, no pude oír lo que dijeron pero sí las consecuencias. Una mirada al salón me hizo ver que aquella gente no se detendría, ostentaba el poder, a través del dinero, la impunidad. Estaban por encima del bien y del mal. La orgía era alucinante, había dos tipos de personas, las que ejercían el poder, los que hacían lo que se les antojaba, con los que, como yo, no tenían más opción que aceptar sus caprichos sin limitaciones. Nuestra vida estaba en sus manos. Si por un antojo acababan con la vida de alguien, este desaparecía o sufría un accidente ...
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