1. UNA LINDA HISTORIA 3


    Fecha: 06/04/2020, Categorías: Incesto Autor: memito, Fuente: SexoSinTabues

    ... Internet. Estaba alucinada y seguía paseando un dedo por ella, más como comprobación que por otra cosa, pero eso le despertó. No dijo nada, solo me miró. Nos avergonzamos y me fui a mi cuarto. Pero no podía quitarme de la cabeza sus ojos y la decepción que reflejaron cuando me marché. ― ¿No sería el tamaño de la polla? – bromea Maby. ― ¡Que no! Es como si le hubiera partido el corazón, otra vez. Así que volvía a subir y me metí en la cama, dispuesta a todo. Entonces, fue cuando terminó de darme la puntilla, cuando le estaba besando. ― ¿Qué hizo? – pregunta Maby, muy interesada. ― Me dijo que no sabía besar, que nunca lo había hecho. ― Uuu… ¿No me digas que…? ― Si, Maby, era absolutamente virgen… inmaculado… ― Joder, Pamela, te comprendo muy bien, amiga mía – Maby le dio un tremendo abrazo, por sorpresa, echándose encima de ella. – Es el colofón perfecto para una historia dramática. Tú, arrepentida por como te has portado con él, además con bajón emocional. Él, virgen y con un pene tremendo, terriblemente necesitado de afecto. ¡Lo que me extraña es que no te haya dejado preñada! ― Buff… no quiero hablar de detalles, pero jamás he sentido nada parecido. Es tierno, considerado y esforzado, como amante. Es potente y valiente. Te hace lo que le pidas y el tiempo que necesites. Para ser su primera vez, me hizo llegar cinco veces, y dos de ellas, de desmayo, te lo juro. ― Joder, que envidia… cállate ya. Me apartaré de él. Aunque sea tu hermano, tanto tú como él, os merecéis ser ...
    ... felices – la tranquiliza Maby, besándola en la mejilla. ― No, tonta, no es eso lo que quiero – se gira hacia ella Pam, abrazándola. – Yo quiero que salgáis juntos. Me has dicho que él te hace tilín… Maby asiente una vez, mirándola a los ojos, aún sin comprender. ― Tú también le gustas, así que no hay problema. ― ¿Por qué lo haces? ― Piensa, cabecita despeinada. Antes te referiste a la incapacidad para veros si salíais juntos. En mi caso, sería lo mismo. ― Pero tú vienes a la granja más que yo. ― ¿Para meterme en la cama de mi hermano? ¿Cuánto tiempo pasaría hasta que nos pillaran? ― Vale, comprendo. ― Pero si sale contigo… ― Sigue, guarra. ― Puede ir a Madrid a verte… a vernos… Los ojos de Maby se abrieron, comprendiendo. ― ¡Claro! Podría dormir en el piso y tus padres estarían tranquilos porque… ― Yo estaré de carabina. ― Y cuando estemos aquí, tú me servirás de coartada. ¡Perfecto! Dobles oportunidades. ― El único problema que queda… ― ¿Cuál? – pregunta la morenita, besándola de nuevo en los labios. ― Nosotras hemos compartido cama y, de hecho, lo seguimos haciendo en ocasiones. ― Como ahora – la interrumpe Maby, lamiendo sus labios. ― Pero, ¿estarías dispuesta a compartirle a él? – pregunta Pam, señalando con el pulgar el techo. ― Si es contigo, si… incluso estoy dispuesta a establecer un trío estable, sin celos – musita Maby, acercando de nuevo sus labios a la boca de Pam. ― Zorra – responde esta, metiéndole la lengua. Ya no hay más palabras. Las lenguas se atarean en otras ...