Mi obsesión fue un chico de 16 años, fui su perrita
Fecha: 10/04/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... cayendo, me cogió de nuevo y nos venimos un orgasmo por cada quien. Nos secamos y luego le hice de cenar. Luego fuimos a ver tv a mi cama. Una hora después el chico se metió entre mis piernas y me beso los muslos, la entrepierna y luego la panochita hasta hacerme acabar en su boca. Nunca nadie me había hecho acabar tantas veces en pocas horas y todavía faltaba. Me puse en cuatro y le pedí me chupara la raja y el culito. El no dudó y se puso a lamer y chupar mis dos hoyuelos, me mojé toda de nuevo. El chico tenía interés en mi ojito del culo, pues lo lamía sin cesar. –te gusta mi culito?- le pregunté. El asintió con la cabeza. –te gustaría cogerme por allí?- volví a preguntarle. El chico volvió a asentir con la cabeza. -meteme un dedo en mi culito?- el chico dudó, pero lo hizo. Le pedí que lo metiera y lo sacara, lo hizo varias veces, luego de varios minutos, le dije que metiera un segundo dedo e hiciera lo mismo, el chico lo hizo y yo miraba que estaba sumamente excitado. Cuando sentí que su segundo dedo se acomodaba bien en mi recto, le dije que ya estaba lista, que me la metiera por el ano. El se puso detrás y tomando su verga la puso en la entrada de mi culo y la fue insertando con cierta dificultad, tenía un glande cabezón que se resistía, pero poco a poco sentí como su glande entraba en mi ano y luego su tronco se ...
... fue metiendo con menos obstáculo, gemí para que viera que me gustaba, eso lo animó y arremetiendo me la metió toda su carne en mi culito. Me la tenía toda adentro de mi recto. Entonces comenzó a moverse adentro y afuera, primero lento, luego más rápido, yo veía que él estaba por correrse a los pocos minutos de estar cogiéndome por mi orificio pequeño. Entonces ayudé a que se corriera moviendo mis caderas y mi trasero, el chico estalló a los pocos segundos y acabó dentro de mi recto, sentí su semen caliente allí adentro. Luego nos volvimos a duchar y desnudos nos dormimos entre las sabanas. Lo fui a dejar a su casa antes que llegara mi marido y mi hijo. Nelson se volvió una obsesión para mi pues quería verlo, quería coger con él y no era posible que eso fuera frecuente, no solo por mi esposo, los vecinos y mi hijo, sino también por los padres de Nelson. Los sabados eran los días con mayor oportunidad, cuando él salía con sus amigos, yo me lo levantaba en mi auto y me lo llevaba a un motel y cogíamos rico por una o dos horas. Luego lo regresaba. Poco a poco la obsesión se me fue quitando, y luego de varios meses lo dejé de ver y ya no llegó tampoco a casa. Solo lo veo desde lejos o lo saludo. Espero les haya gustado. Pues tuve a alguien más después, un padre de familia de otro amigo de mi hijo. Me prepararé para contarlo.