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Historia del chip 007 - En el comedor - Daphne 003
Fecha: 11/04/2020, Categorías: Gays Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos
7)HdC – En el comedor – Daphne 003 En cuanto sonó la alarma de final de clase, todas las chicas salieron como si el diablo las persiguiese. Salvo la profesora, Jennifer y Daphne que, -sin saber que hacer-, se puso en pie, arrepintiéndose en cuanto sintió el calor en la planta de los pies. —Espero que le haya gustado la clase, señorita Hamilton— medio preguntó la profesora, Miss Marple. Con el corazón todavía agitado, Daphne solo acertó a dar un cabeceo que suponía tanto un sí como un quizás. Jennifer vino al rescate. —Por favor, Miss Marple. Sabe perfectamente lo difícil que es entrar en esta escuela. Démosle un respiro. —Muy bien, A1. Ya que está tan genuinamente interesada en el bienestar de su compañera de clase, la nombro tutora. Así que será responsable ella. Cada falta o punto que pierda también lo perderá usted. La cara de Jennifer era un poema. Suspiró. Fue a protestar pero fijándose en su expresión decidió que no era buena idea. Se dirigió a Daphne. —Ven, H4. Te explicaré las reglas. Daphne trató de seguirla, a duras penas entre el cansancio que sentía y la incertidumbre de esos días, sin contar con los malditos zapatos y el poco práctico vestido que conspiraba contra ella. Seguía prefiriendo moverse, solo que el dolor era insoportable. —¿Te cuesta caminar con los zapatos? Siendo tu tutora te puedo obligar a quedarte quieta, de pie y esperándome todo el día. No hagas que me impaciente. Daphne trató de acelerar el paso, contrariada y a la ...
... vez sin ningunas ganas de buscarse enemigos. Pero notó como Jennifer frenaba en las escaleras. Aquí vigiló que bajase lentamente y con cuidado. La falda se subía sola a cada peldaño, los pechos subían y bajaban sin ton ni son. Al llegar a la entrada del vestuario, estaba otra vez sudada e irritada. Jennifer entró primero y se quitó el vestido de algodón. Daphne se quedó admirando el cuerpo desnudo y esbelto de su tutora. Era perfección. Natural o artificial le daba igual. —¿Qué haces que no te quitas el vestido? Aquí debes estar desnuda. La cara de Daphne no pudo ocultar su desazón. Jennifer suspiró. —Escucha. No es para tanto. Es una escuela de modelos. Nuestro cuerpo es lo que importa. Mira, yo quiero ir a comer y no pasarme la vida en el vestuario corrigiéndote. Sin esperar a su reacción le quitó el vestido, quedándose algo sorprendida ante la dificultad. —¡Guau! Sí que está ajustado. Me encanta. Ve a ducharte. Antes libera el código de tu taquilla. Será mejor que yo decida sobre tus atuendos. Daphne hizo caso, sin dejar de pensar en sus pechos. Jennifer había tirado del vestido sin contemplaciones, de manera dolorosa, aunque Daphne sintió alivio al notar frescor al librarse de la prenda. —Date prisa, Programaré la ducha: un minuto completo en agua bien caliente, tres en agua bien fría, cinco secándote al natural. Luego me buscas junto a mi taquilla— ordenó Jennifer. Parecía que llevara toda la vida haciendo esto, aunque Daphne luego supo que era su ...