1. Historia del chip 007 - En el comedor - Daphne 003


    Fecha: 11/04/2020, Categorías: Gays Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... descubierto. Esos centímetros recuperados en las piernas de poco servirían, la falda iba a seguir subiendo sola. Y encima era como llevar un ajustado sujetador de media copa. Los pechos parecían elevarse y quedaban más juntos al estar tan comprimidos. Las aureolas se vislumbraban levemente y Daphne sabía que con la agitación quedarían expuestos.
    
    Pronto pudo comprobar en la escalera que sus temores eran certeros. Tuvo que arrimar la falda un poco más o no podría elevar bien las piernas. Jennifer tuvo la gentileza de ayudarla a subir, gracias a sus cómodos A1 y quizás para evitar males mayores. Como tutora no quedaría bien que la pupila estuviese un mes en el hospital con el cuerpo destrozado debido a una caída escaleras abajo. Al llegar a la planta 4, -donde estaba el comedor-, Daphne ya estaba sudando y un pezón sobresalía desnudo. Jennifer lo observó cuidadosamente, diseccionándolo con la mirada.
    
    —Veo que te excitas con facilidad. Tus pechos se mueven demasiado. No son lo suficientemente firmes. Puedes taparlo: siempre que lo dejes al descubierto al menos un minuto, así los mozos disfrutarán. ¡Que menos, ya que tanto te gusta exhibirte! Pero los pies presionando durante el minuto completo, estés de pie o sentada. ¡Bah, no vas a saber cuándo pasa el minuto! Cuenta hasta cien, será mejor.
    
    Daphne presionó los pies todo lo que pudo y empezó a contar. Vio como Jennifer se dirigía al comedor, sin siquiera esperarla. Contó todo lo rápido que pudo y se movió con alivio, ...
    ... cubriéndose el pezón juguetón. Presionó su teta izquierda tratando de comprimirla y embutirla en el vestido. El gesto era tan malditamente vulgar que masculló una grosería. Si tenía que hacerlo delante de un hombre... Al final estaba más preocupada por los pies ardientes que por el pezón travieso, ya que al menos respiraba libre. Sentía el otro pezón aprisionado y molesto por no haber podido librarse durante unos segundos.
    
    No quiso saber quién la miraba cuando entró. Fue directamente a por una bandeja. Había una pequeña cola y mientras esperaba prosiguió: treinta en contacto fuerte, quince arriba. No sabía si era necesario, pero le había ido bien el vestuario. Lo malo era la excitación que sentía al saber que cualquiera que estuviese detrás vería como alargaba las piernas y alzaba el culo todavía más. Si no se daba cuenta al primer vistazo, sería a la siguiente ocasión. Y la maldita cola no terminaba de avanzar. Cuando, por fin, llegó a la barra, la camarera saludó con efusividad.
    
    — ¡Ah! H4. Ya tenía ganas de conocerte. Aquí tienes tu menú, ya me han informado de tus restricciones.
    
    Daphne se quedó paralizada ¿Cómo que su menú? ¿No podía escoger su comida? Su estupefacción debió de traslucirse como un libro abierto. La camarera se lo explicó.
    
    —Siendo una natural tu dieta es mucho más estricta, según las normas del colegio. Y, además, tu tutora ha elegido por ti.
    
    Daphne asintió, más humillada que nunca. Comprendió qué había hecho Jennifer mientras ella se duchaba. ...
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