1. El calvario de Luciana (9)


    Fecha: 26/09/2017, Categorías: Incesto Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... su ama de llaves:
    
    -Bien, Elba, muy bien… -y mientras Elba agradecía la licencia, la proxeneta se sumó estimulando con su dedo el clítoris de Graciela, que de inmediato comenzó a gemir y a jadear cada vez más fuerte mientras ambas mujeres la cubrían de insultos. Finalmente la esclava estalló en un violento y prolongado orgasmo. Emilia dijo entonces:
    
    -Elba tiene sus dedos empapados de tus flujos de perra puta y vas a limpiárselos. ¡Abrí el hocico!
    
    -Si, Ama… -murmuró Graciela y entonces Elba le metió en la boca los dedos con los que acababa de masturbarla y le ordenó:
    
    -Vamos, límpiemelos. –y Graciela chupó y lamió, primero con algo de asco y enseguida dejándose ganar por el goce que le producía ser humillada de semejante manera, y cuando el ama de llaves le quitó sus dedos de la boca Emilia le indicó que la sacara del caballete.
    
    -Esta perra va a pagar el placer que le dimos. –dijo. –Vamos a mi dormitorio.
    
    …………..
    
    Mientras tanto, Luisa estaba dedicada a una nueva aplicación de crema en la maltrecha cola de Luciana, que experimentaba una sensación muy placentera al contacto suave de esas manos en sus nalgas.
    
    -Usted me ayuda… -murmuraba cada tanto y la mucama sentía que le era imposible renunciar a ese cariño que había comenzar a sentir por la jovencita. Nunca antes le había pasado con ninguna de las víctimas de Emilia, pero veía en Luciana algo muy especial que ni siquiera podía definir.
    
    -Ay, mi chiquita, cómo te ha puesto la cola ese viejo degenerado, ...
    ... pero mami Luisa se va a encargar de dejártela como nueva…
    
    -Usted me ayuda… dijo una vez más Luciana y Luisa, al oírla, terminó de decidirse. Hablaría con Emilia.
    
    ……………
    
    Emilia estaba en ese momento en su dormitorio, con Elba y Graciela, a la que ambas tenían en cuatro patas sobre la cama, mirando hacia la cabecera. A una seña de la proxeneta e acostaron de espaldas dejándola en medio de las dos.
    
    -A ver, puta, quiero tus dedos ahí abajo, en mi nidito, que ya está empezando a mojarse.
    
    Graciela miró la concha de su Ama, cuya humedad relucía en los labios externos y hacia allí dirigió sus dedos índice y medio de su mano derecha. Los introdujo y había empezado a moverlos cuando Elba le dijo:
    
    -Chupe mis tetas, y mejor que se esmere…
    
    Graciela se inclinó y apresó entre sus labios el pezón de la teta izquierda del ama de llaves, que de inmediato comenzó a gemir. Sin dejar de trabajar con sus dedos la vagina de su Ama se aplicó a esas tetas de gran volumen, cuyos pezones oscuros iba honrando alternativamente con chupeteos y lamidas-
    
    -Así… ahhhhhhh… así… qué bien lo hace, grandísima puta… -la alentó Elba mientras sentía que su concha era un lago de flujo.
    
    -Tiene dos manos… -dijo de pronto el ama de llaves. –Use la izquierda conmigo… ¡Vamos!... –y Graciela lo hizo. Ahora masturbaba al mismo tiempo a Elba y a su Ama, que muy pronto le reclamó:
    
    -Aquí están mis pezones duros y erectos, mamona, ocupate de ellos…
    
    Y Graciela fue lamiendo y chupando los cuatro ...
«12...456...»