1. Aventura en la terminal de autobuses


    Fecha: 13/04/2020, Categorías: Fetichismo Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... deje hacer. A los diez minutos de esa mamada, comencé yo a moverla, en lugar de que ella lo hiciera. Probaría su resistencia y si tenía experiencia en aquello.
    
    Tome sus cabellos y la jalé para que viera mi cara y le dije: “ahora veremos qué tan puta eres. Abre la boca”. Obedeció al instante y abrió de par en par su boca y lentamente fui introduciendo mi polla en ella hasta llegar a la base. No se resistió. La deje unos instantes ahí y la volví a sacar completamente (he de decir que no tengo un aparato muy grande, 18 cm… yo diría que es normal, ni muy grande, ni muy pequeño… pero bien usado… jejejeje). Ella me volteo otra vez con una sonrisa y repetí la jugada, lentamente, pero tarde un poco más en retirarla. Nuevamente miró mis ojos y su sonrisa no había desaparecido. “Muy bien, le dije. Ahora veamos…” comencé a decir y moví nuevamente su cabeza para que se tragara mi aparato. Pero esta vez iba con ritmo. Empecé lento y poco a poco aumente el ritmo. Conforme fui más rápido a ella le daban arcadas, pero al fin y al cabo, le gustaba. Yo tenía tres dedos ya en mi culo y de vez en vez sentía una nalgada. Que excitante.
    
    Después de 10 minutos de ese tratamiento, prácticamente me la estaba follando por la boca. Ella se dejaba hacer. Era brutal el ritmo y además hacía un sonido extraño que me volvía loco. Estaba por terminar, pero no quería hacerlo en su boca. Así que paré, tomé su cara y la aventé a la cama. Ella sabía lo que quería y abrió sus piernas. “Así no, ponte como la ...
    ... perra que eres”. Entendió sin más y se colocó de “perrito”. Estaba demasiado mojada, tanto que casi goteaba. Entró sin dificultad alguna. Comencé un ritmo frenético casi al momento de entrar y aproveche para devolverle las caricias que hizo a mis glúteos.
    
    Como cinco minutos después… o quizá menos, terminé dentro de ella. Ella terminó con el culo bastante rojo de todas las nalgadas que le di y también tuvo uno o dos orgasmos aunque un poco antes que yo. Caímos rendidos a la cama. Ella me mostró los tres dedos que había metido en mi culo y me apené de verlos con un poco de mierda. Ella, sin miramientos y con una cara de tremenda excitación se los llevo a la boca y los lamió.
    
    Si me había cohibido ante tal revelación, el hecho de que le gustara la mierda me dejo totalmente pasmado… pero morbosamente excitado. Había leído sobre eso, pero jamás lo había vivido… de hecho no imaginé que fuera real. Pero vaya que lo es y vaya que es excitante. “La noche aún es joven” me dijo al ver como mi miembro reaccionaba ante el espectáculo coprofágico. Abrió las piernas. Pero no quería penetrarla, quería probar ese delicioso coño (por desgracia, había estado últimamente con chicas fresas y… pues nunca me dejaron hacerles un oral y extrañaba ese sabor tremendamente). Así que me acerqué a aquel coñito y a disfrutar. ¡Que delicioso sabor es aquel que portan las mujeres en ese lugar! Mientras le arrancaba gemidos, decidí, una vez más, devolverle el trato a mi culo. Un par de dedos perforaron ...
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