-
Pija-ma party, gran orgía. Con mi pareja, el todo vale, todos contra todos.
Fecha: 16/04/2020, Categorías: Gays Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos
... morir, adentro. Encastrados como piezas de un puzle, mover solo para desagotar, me retuvo en ella, sin permitirme sacársela salir. Dormitó enlechada, mientras volvía al grupo. Todos menos Emilia dormitaban, ella estaba excitada por no haber entrado en acción, solo unas mamadas de tetas y alguna tocada. —¡Qué tenemos aquí! —miraba el pene. Lo sostiene en su mano y lo lame, está “morcillón” su lengua siente el sabor salado del resto de semen. —¡acabaste!, siento el sabor de tu leche, está rica… —vamos al sofá… No hizo falta tanto, unas lamidas de Emilia, y ponerme sus tetotas para engolosinarme bastan para recobrar la energía en forma erecta. En la madrugada, al volver del baño, Lucho había ocupado mi sitio, entonces enfilé para estar junto a Naty, me ubiqué entre ella y la veterana Emilia, emparedad de tetas y culo, qué buen menú. Desnudas y rendidas por la faena a, acomodé a Emilia, boca abajo, le acaricié el aro anal, aún tiene restos de Lucho, la ira ciega la razón, dormida es como que tenía el vía libre para usárselo también. Sin darle opción a despertarse, la violé, de un solo envión, de una estocada se deslizó mi poronga aprovechando algún resto de semen como para lubricarle el viaje. —¡Ay! ¡Duele! ¡Cómo duele! —Giró, como sabiendo quien era, expresa su dolo. No teme, resiste, sufre un poco y me deja seguir mancillando su maltrecho ano. —Bebé, despacio, por favor. ¿Qué te pasa, estás celoso? En voz baja, entre el bombeo trató de explicarme: ...
... —No le entregué el culito, me lo hizo por accidente, en una sacada, zafó y me la entró por la cola, no quiso sacarla, y para no armar quilombo (barullo) lo dejé que siga, pero… yo te quería a vos primero en mi colita. Estaba recaliente, se había puesto muy loquito, ni forma de sacarlo. ¿Sé bien que escuchaste, ¿No?, no me hacía doler como la tuya, la tiene larga pero fina, la mujer te lo puede decir. –trataba de justificarse. Lejos de enojarme, me excita más. Respondí empujando más y más, se revolvía y sacudía, pensé que, para zafar de mis garras, apreté más fuerte, aferrado a sus hombros para llegarle bien adentro, hacerla sentir dolor de verdad. —¡Despacio! ¡Despacio bebé! ¡Soy tuya! —Tiene lágrimas. El choto recorre el ajustado canal por enésima vez, besé su cuello y mordí en la nuca, gocé la eyaculada domándola, apretada entre mis rodillas, tomada de los cabellos, marcada por mis dientes, lacerando su ano, bien abierto, haciéndole sentir que no me lo haya entregado en primer término. Con el último chorro de leche, fui desocupando el estuche desgarrado, el dolor sigue estando dentro de ella, en latidos que solo amainaron cuando, compadecido fui por una toalla húmeda para amenizar el ardor de la cogida. No podía negarle que los celos por no hacerle primero el culo me hizo perder los estribos y comportarme con rudeza, las marcas de mordida y moretones mostraron las huellas. El sol nos encontró solos y abrazados, al palo, como siempre me sucede, después de una ...