52.2 En la casa de Evans
Fecha: 24/04/2020,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
Después de ducharme y prepararme íntimamente me dediqué a mirar mi correo, contestar algunos que están envejeciendo esperando en la bandeja de entrada.
Ahora no tenía que ir a buscarle, era yo el que le estaba esperando y cuando me llamó para decirme que se retrasaría me sentí un poco defraudado, le esperaba con tantas ganas de tenerle a mi lado, pasear, y verme en la cama con él.
Me coloqué el tipo de ropa con la que le gusta verme, que marcara mi silueta e incitara sus instintos sexuales, se estaba convirtiendo en un rito el conquistarle explotando mis dotes de seducción. Era muy tarde y bajé para esperarle en el vestíbulo, antes pasé por la cafetería para tomar un refresco.
Cuando apareció venía con su piloto y el sobrecargo, me los presentó después de besarme, tenían que quedarse a dormir y volverían a Londres mañana sábado. Me cogió tan de sorpresa que no presté atención a que su barba era ya un elemento más de su personalidad y que estaba tremendamente atractivo.
Si ya estaba frustrado por su tardanza, este nuevo incidente unido al hecho de que cenaríamos con ellos terminó de desanimarme.
Le miraba mientras él se duchaba sentado en el inodoro, con cara de niño mimado, molesto por no poder conseguir lo que en ese momento quería.
-Sécame la espalda por favor. –me tendió una toalla y me envolvió con ella riendo.
-Estas precioso con tu cara seria, enfadado y queriendo matarme. –me abrazó para besarme y su risa logró contagiarme y que jugara con él ...
... mientras le secaba.
-Tenía mis planes y el primero era que me llevaras a la cama. –le besé loco de pasión, olvidando mi enfado y acariciando su barba.
-Vamos a tener casi una semana para nosotros, no te enfades, les llevamos a cenar donde Martine y luego vamos a que vean la noche de la ciudad, a bailar un rato si te apetece. Yo también quiero que estemos solos. –me puso cara de niño bueno y como tenía que estar con ellos de todas formas cambié de actitud y me dispuse a pasarlo bien como fuera.
Tanto uno como el otro eran personas agradables aunque estaban siempre muy pendientes de Gonzalo, le trataban con confianza pero con respeto también, imaginé que en muchos de sus viajes, si no tenía otros compromisos, estarían acompañándole de esta manera durante las tiempos de espera.
No observé rechazo alguno hacia el comportamiento de Gonzalo respecto de mí, ya que a veces me besaba delante de ellos, o me cogía de la mano. Les gustó la cena que Martine preparó y después de visitar un par de bares de copas, ellos marcharon al hotel, mañana tenían que madrugar, y nosotros a la disco de Evans.
Pidió un lugar reservado, alejado del baile y al cabo de unos minutos nos pusimos a bailar. Paul no tardo en localizarnos y se unió a nosotros, después de bailar con Paul, con él de testigo y a mi lado, fuimos a sentarnos a nuestra mesa. El lugar resultaba un poco oscuro, me abrazó y comenzamos a besarnos, las cosas sucedían muy deprisa y poco después metíamos nuestras manos por las ...