1. 52.2 En la casa de Evans


    Fecha: 24/04/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... mamador y seguía asombrado de que pudiera tragar su gran verga.
    
    Me llevó al sofá que miraba a las ventanas y rápidamente sus dedos buscaban el agujero de mi culo, estuvo jugando un momento hasta que me escuchó gemir de placer, se separó para mirarme y sonreírme pícaramente.
    
    -¿Te gusta putito? Son solamente mis dedos verás cuando te dé mi polla. –no le dejé continuar hablando y mordí su labio.
    
    -Mételos, Gonzalo mi amor, dame más. –los comenzó a meter sin compasión.
    
    Poco a poco sentía como el número iban aumentando, a dos le siguieron tres y llegaba a meter los cuatro, solo le faltaba el quinto para que metiera su mano. Sentía una mezcla de placer y dolor que me hacía enloquecer y sin saber lo que decía le pedía más, no me hubiera importado que metiera su mano entera en ese momento.
    
    Me colocó de rodillas con el pecho pegado en el respaldo de la butaca, las piernas abiertas y el culo empinado a la altura exacta de su verga. Colocó la punta de su polla en la entrada de mi ano después de mojarla bien en saliva y comenzó a empujar, entraba con un poco de dificultad aunque ya estaba abierto y relajado.
    
    El dolor escapó y gemía sin poder reprimir mis suspiros, subí más mi culo metiendo el pecho en el respaldo y llevé mi mano para sentir como su pene entraba en mi recto resbalando entre mis dedos.
    
    Cuando sus testículos llegaron a mi mano emití un gritito que le hizo reír.
    
    -La tienes toda en tu culo, está caliente y suave como me gusta, te lo voy a romper por ...
    ... puta. –gemí más fuerte al escuchar sus palabras y moví mis caderas para que comenzara a atacar mi entrada, quería que empezara pero que no terminara nunca.
    
    Entraba y salía acompañado por mí que le seguía en su vaivén deseoso de alcanzar pronto un orgasmo, era extraordinario como podía sentir el roce de su verga entrando en mi ano y el golpear de sus testículos en mis nalgas.
    
    -Más duro, dame más, más Gonzalo.
    
    -¿No estás contento con tu mancho putito?, ¿no soy bastante para ti?, ¿necesitas otra polla más grande? -mordía mi hombro salvajemente a la vez que aumentaba su velocidad y su fuerza. El sudor de su pecho se unía al de mi espalda y parecía que en poco tiempo nos iba a chorrear resbalando hasta el sofá.
    
    Cuando entraba podía sentir la punta muy en el fondo de mi vientre y llevé mi mano allí para sentirla resbalar dentro de mí y como sobrepasaba mi ombligo.
    
    -Sí, así Gonzalo, fóllame más, eres mi macho, mi hombre, quiero tu verga. –no hablaba, eran gritos los que salían de mi boca.
    
    Pensé que era lo máximo que podía sentir y de repente sacó su pene y empezó a golpear con él en la entrada de mi ano, le daba dos golpes y luego la metía hasta el fondo y lo volvía a repetir sin dejarme que alcanzara el clímax.
    
    Sus embestidas aumentaron hasta que le escuché bramar y comenzó a temblar como si le diera un ataque.
    
    -Me voy, te voy a llenar de leche. –sujeté sus huevos con fuerza y se clavó en mi empujando mi pecho contra el respaldo, sentía como sus cojones se ...
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