52.2 En la casa de Evans
Fecha: 24/04/2020,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... el glande que pugnaba por salir por encima del elástico.
Comenzó a mover sus caderas imitando movimientos de baile y metiendo sus dedos pulgares en el elástico iba bajando y subiendo el slip hasta que aparecían los pelos de su pubis, y volvía a taparlos mientras me miraba travieso a mi cara roja de contenido deseo.
Se dio la vuelta y movía su breve culito, sin mucha gracia pero me hizo reír y que me arrojara a abrazarle y llevarle hasta la cama entre risas de los dos, me dejó que cayera encima de él haciendo como que luchábamos cuando él no hacía nada por defenderse.
-No sabes moverte, eres tan torpe como todos los hombres, ¡qué forma de bailar!, no te contratarían nunca. –llevó mis manos hasta colocarlas en mi espalda y me aplastó la cara contra la suya.
-Yo solamente bailo para mi putito, para excitarle y hacerle feliz, cuando quiero ver bailar hago que otros dancen para mí. Y te ha gustado tienes tu polla tiesa pequeño, he conseguido lo que quería.
Continuamos besándonos sin descanso, hasta que baje para quitarle su última prenda, salió su polla impresionante bañada en sus jugos, era tan grande que no terminaba de ponerse tiesa totalmente y se inclinaba hacia un costado.
La empecé a pajear con suavidad, impresionado al ver que mi mano no alcanzaba a cubrir su circunferencia y observando cómo salía de su prepucio el hilo de precum sin parar. Me acerqué para comenzar a chuparla, me atraía como un brillante cristal a un cuervo ladrón.
-No, espera, ...
... vamos a quitarte tu ropa. –comencé nervioso a tirar de mi camisa queriendo sacarla a la fuerza y me retiro las manos.
-Déjame a mí. –fue quitando los botones despacio, mirando cada centímetro de mi piel que iba apareciendo hasta retirar mi camisa, se quedó unos segundos mirando el colgante que llevaba y lo cogió dándole la vuelta, leyó la inscripción pero no vi gesto alguno de desagrado en su rostro.
Unos segundos más tarde me tenía como quería, desnudo y de rodillas a su lado. Me abrazó y se dejó caer hacia atrás llevándome con él en la caída, si hubiera sido al revés me hubiera aplastado el pecho.
-Eres perfecto, hecho para dar placer solamente con mirarte, te quiero mi bebé. –me encantaba lo que opinaba de mi y bajé besando su cuerpo pasando por todo él, y subí sus brazos para emborracharme en el ligero olor a sudor y desodorante de sus poblados sobacos, me gustan sus recios pelos a la vista y suaves al tacto, y como quedan pegados cuando paso mi lengua por ellos.
Comenzó a gemir, y a la vez que lamía sus tetillas sobaba suavemente su verga que palpitaba queriendo follar mi mano que la sostenía.
-Así, putito mío, lo haces de maravilla. –intentó arrastrar mi cabeza hacia abajo deseoso de que atendiera su verga, se las retiré para que me dejara hacer mi trabajo de darle placer al máximo.
Pasé por sus abdominales disfrutando de besar con amor infinito sus colinas y lamer llenando de humedad sus valles hasta llegar al objeto de su máximo placer, su hombría que ...