1. 52.2 En la casa de Evans


    Fecha: 24/04/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... otra cosa. Nico se levantó como un resorte y vino hacia mí para elevarme en sus brazos y darme dos vueltas en el aire.
    
    -Sí príncipe ya vamos, no queremos que desates tus iras contra nosotros. –me depositó en el suelo y con un azote en el culo me dirigió de vuelta a la cocina.
    
    Comenzaron a preparar la mesa del salón mientras Lorian nos encargaba lo que debíamos ir llevando. Veía a Alan contento y no me atreví a preguntarle sobre su relación con Tristán y su nuevo amigo Fernand.
    
    Después comer y de estar un rato de tertulia Alan se despide hasta la noche, Tommy había llamado a Nico pidiéndole que fuéramos a divertirnos con ellos, la conversación languidecía y Gonzalo me acariciaba sin disimulo apretándome contra él.
    
    -Parece que la noche será larga y es mejor que estemos descansados, ¿vamos a dormir unas horas? -no esperó una respuesta y tiró de mi brazo levantándome del asiento, avanzó rápido hacia la puerta del pasillo y allí espera a que yo pase para darme un cachete en el culo mientras ríe. De alguna forma me parece que pretende incitar a Nico y Lorian a que hagan lo que obviamente vamos a hacer nosotros.
    
    -Mi bebé, mi lindo y precioso bebé. -en el momento de cerrar la puerta me elevó en sus brazos imitando a Nico cuando me dio las dos vueltas en el aire.
    
    -No quiero descansar ni dormir, les he mentido aunque seguro que no me han creído. –me soba las nalgas mientras me besa en el cuello.
    
    -Espera loco, vamos a lavarnos la boca. –no atiende lo que le digo y ...
    ... penetra mi boca con su lengua para darme un jugoso beso. –se apartó para mirarme lujurioso.
    
    -Desnúdame, quiero que veas el regalo que tengo para mi bebé. –se me eriza el vello al escucharle hablar, utiliza el tono de voz más sucio que le haya podido escuchar y también el más erótico.
    
    Le comencé a tocar el paquete de su entrepierna y mordí mi labio pensando en mi regalo cuyo calor traspasaba la tela del pantalón corto.
    
    -¿Todo esto es para mí? -apreté su verga mirándole lascivo.
    
    -Aún hay más, no ha terminado de crecer. –me abracé a su cuello y pasé mis piernas por su cintura colgándome de él. Besé su boca desesperado respirando agitado.
    
    -Gonzalo, me vuelves loco, cada día un poco más, estás buenísimo y me perteneces, mi amor, cariño mío. –y no podía detener mis besos.
    
    Deshice el abrazo de mis piernas y me dejó resbalar hasta quedar en el suelo.
    
    -Antes te he pedido que me desnudes, haz lo que te pido. –su tono era autoritario, soberbio y muy macho, aunque no hubiera querido tenía que obedecer y empecé subiendo su polo azul hasta pasarlo por su cabeza y dejarlo sujeto en su cuello.
    
    Me quedé unos segundos mirando, resultaba soberbia la visión y parecía que se exhibía hinchado su poderoso pecho, hasta que el mismo terminó por sacárselo. El pantalón resulto fácil y al quitar el botón de la cintura resbaló hasta sus pies. Solo quedaba su slip, el precum que le manaba comenzaba a mostrar su señal con una mancha en el lado izquierdo del slip, donde se aprisionaba ...
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