NO LE DIGAS A MAMI: MARINA
Fecha: 01/05/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: rxxa4, Fuente: SexoSinTabues
... aunque debido a esto, no podía concentrarse mucho en chupar la erecta daga. Un par de minutos después, Gerardo jaló un poco a su hija para que con tan solo levantar su cabeza pudiera chuparle su conchita. En lo que él lengüeteaba, besaba, succionaba y mordía un poco la vagina, desde sus labios gorditos hasta el clítoris, la nena lo pajeaba. Mientras tanto, Irma iba de camino a cajas, para poder pagar la despensa que llevaba para el consumo de su familia, sonriendo por lo feliz que era con su familia, pues tenía un marido preocupado por todos los gastos de la casa y muy cariñoso con ella y con su hija. Y tenía razón, era muy cariñoso, especialmente con la pequeña. En casa, Gerardo se encontraba acostado con la verga erecta, mientras Marina lentamente bajaba su cuerpo para poder insertarse la verga en su panochita. Sin dejar de mirar a su padre, la niña le sonrió cuando sintió la cabeza del pene en la entrada de su vagina, anidándose pronto en esta. La niña comenzó el descenso sintiendo como avanzaba la verga de su papi hacia su interior. Pronto esta llegaba hasta el fondo, siendo solo once centímetros los que le entraban. Se quedó quieta por unos segundos y luego comenzó con la cabalgata, sacando la verga casi por completo para volver a meterla hasta el fondo a un buen ritmo. - ¡Aaaaah, aaaaah, aaaaah! ¡Paaaapiiii! – gemía Marina. - Eso pequeña sigue. Así. Dale placer a tu padre. – decía el hombre. Él no hacía ningún movimiento, permitiéndole primero gozar a su hija a su ...
... propio ritmo, relajándose mientras ella hacía su labor. - ¡Mmm, aaah, aaah! – continuaba gozando mientras cabalga esa sabrosa verga. La vagina de la niña comenzó a segregar cada vez más fluidos, permitiendo que la verga entrara con más facilidad, y a su vez permitiendo que los chasquidos por el roce de los sexos de ambos dieran la ambientación perfecta para aquella morbosa situación. La nena recordó en ese momento, la primera vez que su papi logró meterle el pene a sus ocho añitos, después de varias semanas intentándolo para así dar un paso más en aquel juego que había iniciado cuando ella tenía siete años. Gerardo se incorporó y metiendo sus manos debajo del vestidito de la niña y llegando hasta sus diminutas tetitas, dándole un suave masaje a los pezones que comenzaban a despertar por la excitación. Estuvo así por unos segundos para después abrazar a su pequeña demostrándole su cariño, claro está sin que ella dejara de moverse. - ¡PAAAAPIIII! – gritaba poseída por el placer mientras tenía su primer orgasmo. Por su parte, Irma ya se encontraba pagando las compras que había realizado, y se disponía volver a su hogar. El padre de familia ya había puesto a la niña en el suelo recargándose sobre sus brazos mientras con ella teniendo las piernas abiertas y al aire debajo de él, embistiendo con su verga a aquella tierna vaginita. - ¡Aaaaah, aaaaah! – jadeaba Marina. - ¡Uuuufffff, uuuufffff! – pujaba aquel macho alfa. - ¡PAAAAAAPIIIIIII! ¡AAAAAAAHH! – debido a lo excitada que estaba, la ...