1. Pamela, la putona transexual


    Fecha: 04/05/2020, Categorías: Confesiones Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos

    Había venido de una boda de una compañera de oficina y después de la opípara cena, las "copichuelas" en la sala de bodas y algunos "bailoteos" con amigas, compañeras y amigas de amigas y al finalizar la fiesta y salir todo guapetón y engalanado y mi cuerpo pedía juerga, farra, parranda y más juerga. Marché en dirección al garito donde sábado si y sábado también, solía ir a "pillar cacho".
    
    Al llegar allí, me dirigí a la barra y charlé y parloteé un poco con una de las camareras, que me conocían, pues me habían visto ligar con las calentorras que por allí zascandileaban y brujuleaban. Posteriormente y ya con el "pelotazo" en la mano, divisé a un grupo de amigos y conocidos que estaban con unas "titis" y señoras de muy buen ver. Fui saludando cortés y muy amablemente uno por uno y uno de mis amigos, al ver que yo venía solo y desparejado, me presentó a una atractiva mujer, rubia, madura y de buenas tetas que vestía sexy y muy llamativa.
    
    Llevaba un vestido minifaldero color plata y que enseñaba una raja por encima del ombligo, así como también y a juego unas sexy sandalias también en plata con unos taconazos que elevaban su culo y tetazas. Me la presentó ese amigo y mencionó que se llamaba Pamela. Le di dos castos besos y casi al poco comenzamos a parlotear. Pamela era muy sexy y la verdad es que me impactó magistralmente. Debían de haber asistido a un evento, porque ellas venían muy emperifolladas y engalanadas y ellos muy trajeados. Me quedé con Pamela y así nadie ...
    ... quedó desparejado esa noche. Le pedí cortésmente que bailara conmigo "agarrado" y ella enseguida y al instante accedió. Penetramos en el pequeño mogollón y empezamos a bailar.
    
    El estar tan apretado y sentir las soberbias tetazas de Pamela me puso más cachondo de lo que ya venía y comencé a parlotear y charlar con Pamela sobre lo atractiva y sexy que había venido. Ella me dio las gracias y me devolvió mis agasajos manifestando que yo también estaba bien y que yo era muy elegante. Seguidamente de varios minutos, le pregunté si quería abandonar la pista, porque aquello más bien parecía una pista de coches de choque. Pam, como quería que yo la llamara, río mi ocurrencia. Encaminamos nuestros pasos a la barra y allí pedí dos pelotazos y a Pam la invité al suyo, yo solicité un whisky con Ginger-ale y ella una Ginebra con agua tónica. Yo pagué los dos y nos retiramos al grupo. Prosiguió nuestra mutua charla y los amigos se marcharon y nos quedamos Pam y yo en el antro.
    
    La cosa se iba caldeando, pues había avanzado la noche y volvimos a bailar lento. Ambos estábamos con ganas de cambiar la escena a causa de los vapores etílicos y Pam, que ya estaba empezando a ponerse "cachondona" y algo caliente y agitada, me pegó un morreo con lengua que me gustó y accedí. Nos comíamos con vicio y deleite y aprovechamos el momento. Seguimos comiéndonos y le toqué una teta y a ella le gustó. La calentura sexual iba en aumento y Pam sugirió que fuésemos a su casa.
    
    —Vamos a mi casa y allí nos ...
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