1. Lobas (El ermitaño)


    Fecha: 05/05/2020, Categorías: Confesiones Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... agachó, la cogió por la cintura, y le lamió el periné y el ojete. Diana abrió las piernas y Soraya le pasó la lengua desde el coño hasta el ojete. Al rato, Diana, se dio la vuelta y Soraya le comió el coño a conciencia. Después se levantó, comió sus tetas y la besó... Al rato, Diana, desnudó a Soraya y le comió las tetas, unas tetas con grandes areolas rosadas y gordos pezones... Se agachó y le comió el coño. Al levantarse y después de volver a besar a su amiga, se echó sobre la cama. Soraya la volvió a besar y a comer las tetas... Metió su cabeza entre las piernas y comenzó a comerle el coño...
    
    Ya estaba a punto de echar por fuera, cuando le dijo Diana:
    
    -Átame, cielo, átame no vaya a ser...
    
    Soraya, con una sonrisa en los labios, le dijo:
    
    -¡Qué viciosilla eres!
    
    Con cuatro cintas la ató de pies y manos a la cama de la habitación, y le dijo:
    
    -Vas a saber lo que es bueno. Voy a hacer que te corras seis o siete veces.
    
    Media hora más tarde, llegó la noche, y con ella la luna llena...
    
    Soraya le comía el coño y le acariciaba las tetas cuando Diana se empezó a convulsionar. Pensó que se estaba corriendo otra vez, (ya se corriera tres veces en su boca) y siguió lamiendo. De repente vio que le salían unos grandes pelos rubios en las piernas. Levantó la cabeza y vio como le aumentaban de tamaño las tetas, los muslos, como le salían unas uñas que se hacían garras... Horrorizada, quiso gritar, pero la voz no le salía de la garganta. Quiso moverse. El miedo la ...
    ... paralizaba. Al rato, Diana, con la cara y el cuerpo cubiertos de pelo, y con unos grades colmillos que enseñaba al gruñir, rompió las ataduras. De un salto salió de la cama. Soraya, se desmayó. Al verla como muerta sobre la cama. Diana, desnuda saltó por la ventana y se perdió en medio del monte.
    
    A la mañana siguiente, Diana, despertó con el cuerpo ensangrentado. Al lado de ella tenía a un jabalí, al que le faltaba un trozo del muslo y que estaba destripado. Volvió a su casa. Tuvo suerte. Nadie la vio. Soraya ya se había ido.
    
    Estaba a punto de caer la noche cuando Diana llegó a la cueva del Ermitaño. Metió la moto dentro. Saulo no estaba. Se desnudó. Sabía que no tardaría en transformarse. Así fue, al rato aullaba:
    
    -¡¡¡Auuuuu!!!
    
    En la entrada de la cueva apareció El Ermitaño transformado en hombre lobo. Era un bicharraco de casi dos metro. La mujer loba, al verlo, saltó sobre él. El hombre lobo no le iba a hacer daño porque era hembra. La agarró fuertemente. La puso a cuatro patas. Le agarró las tetas con las garras e hizo amago de clavárselas. La mujer loba gimió como una perrita sumisa. El hombre lobo, con su tremenda tranca erecta, le puso sus brazos sobre la espalda y se la clavó hasta el fondo. La loba echó la lengua fuera y comenzó a jadear... Cuando el hombre lobo se corrió dentro de la mujer loba, le clavó las garras en la espalda, y aulló:
    
    -¡¡¡Auuuu!!
    
    Después de follar, el hombre lobo salió de la casa y la mujer loba lo siguió. Poco después se unía a ...