Nuestra historia
Fecha: 08/05/2020,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Urdin, Fuente: CuentoRelatos
... una camisa y una chaqueta.
Llegue a tu casa medio temblando, iba a perder mi virginidad y estaba segura de lo que iba a hacer pero no podía evitar estar preocupada. ¿Y si no estaba a la altura?, al fin y al cabo tu tenias 34 años y mucha mas experiencia que yo, que con 19 todavía no había hecho el amor nunca ¿Y si no lo hacia bien?, ¿Y si pasaba como con mi ex novio y me hacías daño?, y la peor de todas ¿Y si me dejabas por no saber hacerlo?
Cenamos tranquilamente, pusiste música y estuvimos bailando un buen rato. Entraste en tu cuarto, me pasaste un pijama, me guiñaste un ojo y me dijiste que mejor nos íbamos a dormir. Nos fuimos a la cama me abrazaste y me diste un beso muy tierno y cerraste los ojos. Fui yo quien empecé a acariciarte buscando excitarte y tu solo me correspondías con pequeños suspiros cuando tocaba tu cuello.
Quería que te despertaras y me acariciases, quería que me hicieras el amor aquella noche y no estaba dispuesta a que después de los nervios y el mal rato no me hicieras tuya aquella noche.
Así que empecé a besarte más y mas por el cuello, acariciando tu oreja, jugando con los pelos de tu pecho, empecé a besar tu clavícula y por fin reaccionaste abrazándome y besándome.
Besamos cada centímetro de nuestros cuerpos, con ternura al principio y con una pasión loca después. Fui yo la primera que se lanzo sobre tu pene erecto para besarlo y lamerlo, lo devoraba con autenticas ganas, como si fuese la ultima vez que lo tendría para mi.
Volví ...
... a subir besándote por completo buscando tu boca y me puse a horcajadas sobre ti, buscando sin saberlo que me penetraras, pero tu no querías hacerlo todavía y con un giro cambiamos de papeles y ahora eras tu el que se perdía entre mis piernas, lamiendo mi clítoris y jugando con tus dedos en mi agujero. No tarde mucho en correrme, estaba a cien, y creo que mis gritos despertaron a medio edificio.
Volviste a mi cuello, besándolo y lamiéndolo y poco a poco te situaste entre mis piernas y me penetraste despacio, solo me molesto un poco, no dolía y parecía que no iba a sangrar, pero te quedaste unos segundos quietos, abrazándome. Creí que me derretiría allí mismo, que mi mente me abandonaría y solo me quedaría esperar a que aquel placer se pasara, pero entonces te empezaste a mover poco a poco, despacito y entonces si creí que me volvería loca. A cada embestida me decías un te quiero y mi orgasmo llego y se quedo a vivir en mi repitiéndose cada muy poco, hasta que rompí a llorar teniendo miedo de no poder aguantarlo.
En ese momento arqueaste tu espalda y gritaste, nunca te había visto así, pero me encanto sentirte tan excitado. De golpe sentí un calor en mi interior y comprendí que acababas de correrte dentro de mi, que ese calor venia de tu leche y sin poder evitarlo me corrí una vez mas.
Pasamos la noche abrazados, hechos un nudo con las sabanas y nuestros cuerpo, yo te desperté un par de veces mas, y en las dos conseguí que me hicieras el amor, estas veces siento todo ...