Cosas nuevas −Vol. 2− Un GangBang para Emma
Fecha: 09/05/2020,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos
... decían de todo. Más y más vergas me asaltaban, la mandíbula me dolía y no tenía descanso. El ardor en mis pezones era inaguantable. Me nalgueaban con todas sus fuerzas. Ni en mi peor pesadilla soñé esto.
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Pude detenlo en ese momento, pero creo que si ya lo había comenzado, tendría que ir hasta el final. —Esperen que voy por más preservativos. —Ni madres, a esta puta me la cojo a pelo. Quítate de ahí mocoso. De un empujón tiro al que estaba encima de Emma y le metió los dedos, casi toda la mano. Emma a pesar de estar llorando seguía con la boca ocupada. Ahora sí debía de estarla pasando mal. Él olor a orines y tiner emanaba de estos tipos. Sus vergas sucias entraban en su boca y ella solo recibía una tras otra. Otros tantos fueron llegando, para cuando conté eran casi treinta. El más viejo organizaba a gritos. —Tu pendejo, ponte abajo. ¡Vamos darle por todos lados a esta pendeja! —Así te gusta que cojan perra! A Emma ya le estaban haciendo una doble penetración y hace rato que se turnaban para que su oca estuviese siempre llena. Ella casi inmóvil solo se limitaba a recibir todo lo que quisiera entrar, por donde fuera. Cuando entró un tipo negro, enorme. Todos se hicieron a un lado. Se bajó el pantalón y mostró una verga que casi era como del tamaño de mi brazo. —Ahora sí vas a sufrir perra! —Métesela en el culo! —Mira lo que se va a comer tu mujer, ¡pendejo!
Cuando entro, poco a poco en la panocha de Emma. Ella gemía, quería ...
... gritar, se retorcía de dolor. La verga en su boca ahogo sus gritos y el llanto. El negro) entraba y salía. Sus bolas rebotaban en el culo de Emma. Luego la levanto y se puso debajo de ella. —YA NO CARLOS! ¡DILES QUE PAREN! —Me dijo mi esposa mientras su culo resbalaba hasta ensartarse en esa verga grande y negra. —¡HAAAAGHH! —Caya hija de puta! Todos observaban como el negro le destrozaba el culo a Emma. Yo me acerqué al tipo mayor y le dije al oído lo que quería. —¡HEY TODOS, ESTE PENDEJO QUIERE QUE LE AVENTEMOS LA LECHE EN LA CARA A ESTA PUTA! —NO CARLOS NO! —Ahora sí nos vas a ver hija de perra!
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Alguien gritaba con voz gruesa, me movían y me acomodaban a su antojo. De pronto sentí como me ponía sobre uno de ellos y detrás de mí otro escupía mi ano, para dar paso a penetrarme. Ya me era imposible pronunciar palabra. Algunos incluso habían acabado en mi boca y además del olor a mugre, también se mezclaba el sabor a semen. Como no me daban tregua, no podía más que tragar lo que emanaba de sus vergas sucias. No sé cuánto eran, pero parecía una jauría de perros. Sentía como un montón de manos callosas me tocaban y me susurraban cosas al oído. —Estas bien rica güerita! —¿te gusta putita mamá vergas? —Cómetelos pendeja! Otros tantos gritaban sin miramientos. De puta barata no me bajaban. De pronto sentí como se movían. Todos salieron de mi. Aproveché para pedirle a Carlos que pararan. Ya tenía suficiente. Pero sentí como entre varios me ...