1. La historia de Claudia (14)


    Fecha: 28/09/2017, Categorías: Masturbación Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... collar, brazaletes, tobilleras y llevada de la cadena, cuando Elina empezó a contarle que era soltera y bisexual, que había conocido a Inés siendo su clienta en la peluquería y que desde hacía un tiempo se acostaba con ella.
    
    -Esto de la subasta me puso muy cachonda, perra, así que andá preparándote porque te voy a gozar a fondo y me encantará darte con uno de mis cinturones en ese culazo que tenés. Te voy a azotar me obedezcas o no, pero te aconsejo que seas buenita porque de lo contrario te voy a devolver a tu dueña con las nalgas despellejadas. Ya oíste a Inés pidiéndome que te tenga cortita.
    
    -Me voy a portar bien, señora Elina.
    
    -¿Inés también es tu dueña?
    
    -No lo sé muy bien, señora. Yo... yo lo único que sé es que soy una sumisa y tengo que obedecer. –respondió Claudia poniendo en evidencia lo profundo y auténtico de su condición.
    
    Esto excitó aún más a la señorona:
    
    -¡Qué bien! –dijo. –Y supongo que sabés que a una sumisa se le hace lo que a una se le antoje ¿verdad?
    
    -Sí, señora Elina. –contestó Claudia estremecida al escucharla y con la certeza de que no lo pasaría nada bien en manos de esa mujer.
    
    Poco más tarde el coche ingresaba al garage, ubicado en el costado izquierdo de la casa. Por una puerta comunicaba con el fondo de la vivienda, un amplio terreno arbolado, y por otra puerta lateral, con la parte trasera destinada a las habitaciones del personal doméstico que Elina había licenciado ante la probabilidad de ganar a Claudia y así poder gozar ...
    ... libremente de ella sin testigos inoportunos. Tomó la cadena y arrastró a la sumisa a través de un pasillo mientras le decía:
    
    -Estoy muy, muuuuuuuuy caliente, perra, y quiero dormirme bien relajada, así que vas a cogerme y pobre de vos si no me hacés gozar.
    
    Poco después estaban en el dormitorio de Elina, quien sin pérdida de tiempo extrajo del cajón superior de la mesita de noche un vibrador de considerables dimensiones y se lo dio a Claudia ordenándole que la desvistiera:
    
    -Sí, señora Elina. –respondió la sumisa y se aplicó obediente a la tarea
    
    La dueña de casa tenía un cuerpo que había resistido de forma admirable el paso del tiempo. En su robustez no había una pizca de grasa y tanto los pechos como el culo mantenían una apreciable firmeza que excitó a Claudia.
    
    Elina se tendió de espaldas atravesada en la cama, abrió y flexionó un poco las piernas y le dijo a la sumisa con voz enronquecida por la calentura:
    
    -Vamos, perra, a ver qué tal lo hacés...
    
    Claudia miró la concha depilada y el orifico anal y se dijo que haría gozar mucho a esa señora si usaba la lengua antes del vibrador. Se arrodilló junto a la cama y fue acercando lentamente su rostro al objetivo mientras Elina jadeaba. Comenzó por el culo, con una larga lamida que arrancó un suspiro a la dueña de casa antes de concluir en el extremo inferior de los labios genitales. A partir de allí la lengua de Claudia fue como una víbora endiablada y ágil que por momentos se deslizaba por el orificio trasero y ...
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