La excursión (completa)
Fecha: 17/05/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
... dándole la vuelta colocarlo cabeza abajo, dejándole con el culo abierto, de par en par y expuesto para ser disfrutado por sus ávidas y golosas lenguas... que empezaron a devorarle sin ningún miramiento.
¡De repente! un ruidoso chapoteo irrumpió cerca del lugar y unas risas entrecortadas llegaron a nuestros oídos.
Los dos más jóvenes llegaron con juncos y preguntas para el cincuentón. Querían saber si podían ir a dejarlos en el coche y donde les esperaban para ir a comer…
- Mejor los dejáis en mi coche, les dijo el rubio… tiene el maletero más grande y lo llevo vacío. Y sacó las llaves de uno de los bolsillos de sus bermudas y se las dio al más mayor, luego le preguntó al cincuentón si se quedaban ahí o subían más arriba; y el cincuentón miró a su alrededor fingiendo que lo pensaba y dijo…
- Aquí estamos bien, pero no tardéis demasiado que tu madre nos espera a las dos.
- ¡Joder Esteban!, que poca vergüenza tienes… en pelotas delante de mi padre y mi tío… ponte algo coño, que los vas a pervertir...dijo el más joven. Y se echó a reír...
- ¡Anda, anda! dijo el rubio. Tan modernos y mira que cosas dicen… tu Esteban, ni caso, que ahora me pongo en pelotas yo también... ¡coño!... si no hay nadie por aquí.
- ¡Va! dijo el cincuentón, no les hagas caso a estos niñatos, si estás más a gusto en pelotas, pues en pelotas... yo, porque con este cuerpo no me atrevo, si no…
- ¡Vale!… no te preocupes Esteban, que no le decimos nada a mi hermana...
Y se volvieron ...
... a ir, llevándose sus juncos, río abajo…
Esteban continuó sin abrir la boca y se dio la vuelta; verle boca abajo era tremendamente excitante... lujuria en estado puro.
El cincuentón se quedó en la orilla, mirando cómo se alejaban los más jóvenes, y yo diría, que vigilando su marcha… pero el rubio se acercó al chico y empezó a darle lengua en el culo a base de bien; el cabrón se lo debía estar pasando en grande, porque se abría de piernas y movía el culo cada vez más. Al rato se acercó el cincuentón y les dijo que ya estaban solos. Así que los maduros colocaron al chico adecuadamente; de forma que el cincuentón pudiera comerle el culo a sus anchas mientras el rubio engullía su zupo… y así estuvieron un largo rato hasta que el rubio dijo que quería follárselo.
Entonces le dieron la vuelta para que el rubio pudiera disfrutarlo; y el rubio empezó a bombear con un ritmo frenético… el cincuentón, por su parte, se amorró a su zupo…
¡Que espectáculo!, ¡por supuesto que yo me estaba haciendo el pajote de mi vida!… ¡Puaff! ¡Que rico!
Cuando terminé de hacerme el pajote, me dejé caer sobre la loma en la que estaba escondido; y descansé unos minutos. Me encontraba agotado; supongo que por la tensión acumulada. Sin embargo, no podía evitar sentir curiosidad por ver lo que hacían esos tres. Me incorporé y volví a colocarme detrás del arbusto que me ocultaba; esos dos carcamales seguían follándoselo a saco. Ahora, era el cincuentón, el que, sujetándole la pierna derecha bien ...