1. Diario de un padre IV (Flashback)


    Fecha: 19/05/2020, Categorías: Confesiones Autor: xverzo, Fuente: RelatosEróticos

    ... solo quedamos abrazados por un rato, en silencio. Cuando se me pasó el susto y entré en razón le pregunté:
    
    -¿Qué pasó? ¿Por qué lloras Mili? –(Le decíamos Mili por cariño)
    
    -¡Quiero dormir aquí! ¡Seba y Julián me están asustando! –Me dijo sollozando sin parar.
    
    -¿Y tu mamá que dijo? Vamos para allá…
    
    -¡NO! Me va a pegar, ya me dijo que me fuera a dormir ¡pero no quiero!
    
    -¡Vamos a tu cuarto, yo te llevo…!
    
    La cargué, aun abrazada a mí, y bajamos hasta el cuarto de sus hermanos que al parecer estaban dormidos pero fue imposible despegarla de mí. Me jalaba la camisa o se abrazaba a mi cuello y no se soltaba, cuando la lograba bajar enseguida se volvía sobre mí, en fin, me tocó llevarla de nuevo a mi cuarto colgada de mi espalda. Y en ese momento me sentí como un león cargando una liebre. ¿Nunca han sentido esa sensación de llevar la presa sin que la presa se dé cuenta que es una presa? En fin, la verdad es que Mildred era muy linda. Morenita clara, de cara redondita, parecía que su cara la hubieran hecho con un puñado de pétalos de rosa, diría Neruda, con una gran pollina o flequillo, según quien lea, y su crespo cabello castaño.
    
    Al volver a mi cuarto, al fin dejo de llorar y su carita ya estaba más calmada. En ese cuarto dormíamos mi hermana y yo pero en camas separadas. Yo trataba de tranquilizar a Mili sobándole el pecho con sus tetitas apenas creciendo, me agradaba sentir sus pezoncitos en la palma de mi mano y mientras le hablaba pasaba mis manos por sus ...
    ... tetitas una y otra vez. Lo que yo no sabía era que mi hermana estaba despierta y que gracias a la luz que entraba por la puerta entreabierta me podía ver. Mili y yo hablábamos en voz baja y comencé a preguntarle por sus novios, o si había besado a algún chico, o si le gustaba alguien. A la última respuesta, respondió que sí y que era yo. En ese momento sentí que la cena estaba servida, mi mano bajo hasta su vientre mientras inclinaba mi cuerpo sobre el suyo, mi cara estaba justo encima de la de ella y… ¡Bum! Alguien se había lanzado sobre la cama, era mi hermana, y agarró mi mano y empezó a moverla en círculos sobre el vientre de Mili.
    
    -¿Qué haces? –Le pregunté a Tati, mi hermana.
    
    -Nada. Solo te ayudo, ¿no te gusta hermanito? ¿No te gusta cómo se siente, Mili?
    
    -¡Sí! Mmm… -Dijo Mildred mientras se abrazaba a mí fuertemente.
    
    -¿Ves hermanito? ¡Todos felices!
    
    Mientras Mili me abrazaba, mire a mi hermana con una cara de asombro y ella me respondió con una mirada cómplice. Mi hermana y yo somos muy unidos, y para ese entonces, solo nos habíamos contado uno que otro secreto. Tati siempre ha sido alta, incluso más que yo a pesar de ser menor que yo por un año. Al igual que mi hija, es blanca como la leche y tiene unos pequeños ojitos verdes, además se desarrolló muy temprano y a sus 15 años ya tenía dos grandes tetas que pude ver y tocar muchas veces, de hecho, fue con mi hermana con quien aprendí a mamarlas. Tati siempre molestaba a Mildred más que los demás. No sé si ...
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