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Sugar Daddy (Parte 1)
Fecha: 19/05/2020, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues
... vientre mientras besaba cada centímetro. Su barba rozaba mi piel y sólo me provocaba gritar de placer. Amaba el contraste que se formaba en mi blanca piel cuando me la succionaba. Pronto, pequeñas marcas rojas y húmedas la decoraban, desde mi bajo vientre hasta mis tetillas. Sus manos recorrieron mi costado y masajearon mi cuerpo, sin despegar sus ojos de los míos. Besó mi pecho a la vez que comenzaba a desabrochar mi pantalón. Cerré los ojos y abracé su nuca. En un segundo estuve completamente desnudo para él. Tomó mi pene y, al sentir el calor de su mano, gemí y temblé. Besó mi ombligo y bajó hasta mi pubis, donde encontró sólo una pequeña mata de cabellos rojizos. Hundió su nariz allí y aspiró mi juvenil aroma. Luego abrió su boca y acarició con su lengua mi glande. Antes de que lograra procesarlo, se lo engulló completo. Sentí mis piernas perder la fuerza, pero me sostuvo y me mantuvo de pie. Su mano izquierda jugó con mis lampiños testículos y disfrutó de mis gemidos. Mis dedos se enterraron en su cabello con la esperanza de que no se detuviera nunca. Era genial sentir su lengua caliente acariciando cada centímetro de mi verga, y sentir su barba rozar toda mi zona púbica. Luego de un rato se despegó y supe que vendría mi turno. Le pedí que separara sus piernas y caminé hasta quedar entre ellas. Quité su corbata y comencé a desabotonar la camisa. Lentamente fui descubriendo fuerte pecho y abdomen. No tenía los músculos marcados a la perfección, pero sin duda era duro y ...
... fuerte. Un abdomen de macho leñador, con un poco de pelo en el pecho y con un marcado camino de la felicidad. Tomé su barbilla y lo besé para evitar enfriarnos. Automáticamente sus fuertes manos rodearon mi culo, apretándolo con deliciosa desesperación. Me miré en el espejo que se asomaba desde su closet y contemplé la escena. Sin duda era inusual, algo que jamás pensé que pasaría. Me veía tan pequeño e infantil al lado de él, un hombre adulto hecho y derecho. Pero me encantaba. Coloqué mi mano en su pecho y lo empujé para que se recostara en la cama. Me arrodillé entre sus piernas y comencé a desatar sus zapatos. Luego desabotoné su pantalón y lo bajé con todo y calzoncillos. Una gruesa verga se irguió frente a mis ojos. De un ligero color moreno, con un gran glande rosa, una gran mata de vellos rizados y dos enormes huevos colgantes. No estaba seguro, pero ese pedazo de carne de seguro rondaba los 20 centímetros de largo con, según yo, unos dolorosos centímetros grosor. Su prepucio ocultaba parte del glande que ya estaba más húmedo que el mío. Me acerqué con timidez y toqué con mi lengua ese viscoso líquido. Lo hice mientras él me miraba atento a mi reacción. Su sabor ligeramente salado me inundó y me hizo querer más. Tomé su miembro con ambas manos y retraje su prepucio descubriendo la totalidad de su glande. Más pre semen salió debido a ese movimiento. Una gota comenzó a descender por el tronco y la atrapé con mi lengua. Lentamente fui subiendo hasta la punta y luego atrapé ...