El día que cambió mi vida (Cuarta parte)
Fecha: 24/05/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Martz Santo, Fuente: CuentoRelatos
... propuse que en cuanto yo pudiera debería regresarle un poco de todas las cosas que él me había dado, ayudarlo a cambiar de vida y mejorar su condición, lo que más me interesaba era conocerlo y ganarme su amistad.
Me animé y le pregunté oye no tienes dónde dormir? porque dices que dormías en el parque? Acaso no tienes familia?
El dando un profundo respiro me miró a los ojos y preguntó; tienes tiempo?
Ofreciendo mi mejor sonrisa le dije; todo el tiempo del mundo para ti. Mientras desayunábamos conocí su historia.
Yo era un político muy importante en la administración del gobierno federal, lo tenía todo, tenía dinero, negocios, muchas cosas entre ellas una hermosa familia y una mujer maravillosa que pensé que me amaba pero que en realidad me engañaba con mi mejor amigo.
Eso lo descubrí cuando fui embajador en otro país y luego me hicieron encargado de todos los negocios de un Estado de la República, era director de obras, pero hubo una malversación de fondos Y el responsable era mi mejor amigo.
Mi esposa uniéndose a él, me culparon y me metieron a la cárcel, me usaron como chivo expiatorio y no tuve oportunidad de defenderme pues nadie me tendió la mano y todos me voltearon la espalda.
Incluso mi propia familia especialmente mis hijos, les pedí ayuda y me trataron como a un vil ratero, me condenaron a 20 años de prisión.
Como no tenía dinero para pagar por los servicios adentro de la prisión termine siendo la esposa de varios tipos, sufrí todo tipo de ...
... vejaciones y violaciones aún de los guardias y de los presos.
Cuando salí de la cárcel busqué la ayuda de mis hijos pero nadie me tendió la mano y me echaron a la calle, busqué trabajo pero al conocer mi nombre todo mundo me cerró las puertas.
Mi nombre no servía para nada así que decidí olvidarme de él y ahora solamente me llamo Pedro el pordiosero.
No, no tengo dónde dormir y lo hago donde me agarra la noche o donde no muera de frío, para sobrevivir hago de todo barrer, cargar, mirar en la basura o lo que la gente me ofrezca o me ponga a hacer.
Al principio me daba vergüenza pedir pero al final a todo se acostumbra uno menos a no comer, de repente se quedó mudo pensando y yo no me atreví a romper ese silencio.
Se levantó de pronto, se despidió de prisa y sin darme tiempo de decir nada se fue, salí detrás de él para preguntarle a dónde iba pero se me desapareció, no pude agradecer cómo se merecía su atención ni ofrecerle mi ayuda.
Me encogí de hombros y empecé a preocuparme por el problema que tenía ya que no había llaves, ni dinero y debía conseguir la forma de entrar, recordé que en el mercado muy cerca estaba un cerrajero.
Y hacia allá me dirigí, cuando le encontré atendía una muchacha joven y le pedí que sí podrían abrirme mi casa porque se me habían olvidado las llaves.
Me miró a los ojos como dudando de mí, me preguntó que donde vivía, le di la dirección y lleno una forma que tuve que firmar, me explicó;
Mi viejo, es por seguridad para que ...