1. El día que cambió mi vida (Cuarta parte)


    Fecha: 24/05/2020, Categorías: Incesto Autor: Martz Santo, Fuente: CuentoRelatos

    ... ojos en blanco y comenzó a gemir, mientras yo lamiendo, chupando, acariciaba su cabeza la apretaba con mis labios, el sabor de sus líquidos me encantó.
    
    Inicié el mete y saca de mi boca saboreando todo ese rico pene que se endureció cada vez más, luego lamí y chupe sus huevos mientras desataba su pantalón que cayó a sus pies, baje su calzón y con mis manos busque sus nalgas redondas y firmes.
    
    Le toque su ano y se estremeció, con mano firme tomo mi cabeza y metió su verga en mi boca hasta dentro, me comenzó a coger como si fuera mi culo, sentía que me ahogaba pues esa verga me llenaba todo hasta la garganta.
    
    Apenas podía respirar pero que rico me cogía, le metí un dedo y dejo de cogerme se detuvo todo su cuerpo se estremeció y aproveché para respirar.
    
    Le di vuelta y abrí sus nalgas, él se recargo en la puerta ofreciendo su culo y con mi lengua ensalive todo su ano, el gemía con fuerza mientras lo lamía, luego use mi nariz para abrir su agujerito y se retorció de gozo.
    
    Después metí mi lengua y empezó a gritar conforme la introducía más, mi verga que es pequeña tal vez 13 cm se endureció y la acerqué a su culo deslizándola por toda su raya y me suplico:
    
    Métemela... cógeme... cógeme, el deseo me ganó y metí primero un dedo y se retorció aún más, luego otro y el resoplaba y pedía más, por fin escupí en su agujerito y le metí 3 dedos, el gritaba:
    
    Ya por favor... dame tu verga... métemela... cógeme...
    
    Me gustó oírlo suplicar y me excitó más, mi verga se ...
    ... endureció y con un poco de saliva en ella la empuje despacio en su culo, poco a poco le entro mi cabeza y me detuve, el apretaba los puños y decía;
    
    Toda... métela toda... rómpeme el culo... dámela.
    
    Yo obedecí y se la metí toda, acaricie su verga mientras lo enculaba y el movía sus nalgas hacía atrás para llenarse de mi, su esfínter se contraía apretando mi pene, con la otra mano tome su seno y apreté su teta mientras lo masturbaba.
    
    Se enloqueció y se movía como serpiente abrazándome con sus nalgas la verga, sabía que no podría sostener mucho tiempo ese ritmo y lo abrace con fuerza y apreté sus senos para iniciar un ritmo más suave y no acabar tan pronto, deseaba sentir ese culo más tiempo y disfrutar de ese cuerpo que ahora era mío, sólo mío.
    
    Se calmó un poco y comenzó a disfrutar el mete y saca lento y suspiraba con fuerza a cada embestida, ahora ya no parecía un hombre sino una mujer deseosa de verga y me gustó sentirla mía, le hablé al oído;
    
    Mi chiquita que buena estás, que rico se siente tu conchita, que rica colita, mientras la penetraba le bese los hombros, la nuca, acariciaba sus nalgas, sus senos, estaba vencida totalmente en mis brazos, me sentí de nuevo un hombre y la abracé con fuerza.
    
    Iniciando un ritmo frenético apreté sus senos estrujándolos y casi al mismo tiempo lo oí gritar;
    
    Me corro... me corro, no aguante más y descargue todo mi rencor en su interior, me sentí pleno, feliz, contento, hacía mucho tiempo que no cogía a alguien después de la ...
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