1. Borracha para ella


    Fecha: 25/05/2020, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Lo que voy a contarles pasó hace un par de años. Yo había entrado a la preparatoria y eso produjo muchos cambios en mi vida. Primero: el horario, pues me quedé en el turno de la tarde y me di cuenta que no era lo mismo ir a la secundaria que te quedaba a diez minutos caminando desde tu casa a tomar transporte público y hacer un recorrido que dura por mínimo una hora. Y falta calcular el regreso (otra hora) o los días cuando la ciudad se convierte en un caos imposible de transitar.
    
    Lo segundo: la escuela. No era lo mismo cursar la secundaria que la preparatoria y eso lo entendí conforme pasaban los días. Eso trajo consigo cosas buenas y malas. Malas porque empecé a tener muchos conflictos con mis papás y buenas porque esos conflictos sucedían con regularidad cada fin de semana; mientras mis papás se preguntaban dónde andaba o por qué llegaba tan tarde, yo estaba disfrutando mi vida…
    
    Tercero y último: la libertad. Comencé a gozar las oportunidades que tenía de estudiar la preparatoria por las tardes. Encontré lo que no había tenido antes -bueno, no mucho-, el saberme libre de preocupaciones académicas (estudiaba quien quería). Saber que en la escuela dejaron de existir aquellos molestos prefectos que te metían a tu salón, y que tu podías entrar o no a las clases me hizo sentirme por primera vez dueña de mi vida. En pocas palabras, era un regalo que no supe medir. Pero tampoco me arrepiento, pues gracias a todo lo anterior pude reconocerme en ámbitos que hasta ese momento ...
    ... eran desconocidos para mí. Y uno de ellos fue que no sólo confirmé mi gusto por los hombres, sino también descubrí un deseo inusual por las mujeres.
    
    Me di cuenta del poder de la atracción femenina cuando la vi a ella por primera vez. Aunque mucha gente me dice que soy bonita -modestia aparte-, mi belleza no se compara con la de aquella chica, que bien podía pasar como modelo de alguna pasarela. No exagero. Esa ocasión la vi y quedé estupefacta ante su hermosura. Tenía una piel muy suave -eso lo comprobé después-, una tez de color claro que lograba resaltar más sus ojos color avellana y unos rizos de un color castaño que la convertían en algo delicioso -no encuentro otra palabra- a la vista. ¿Qué más puedo decir? Pues que, como ya dije, tenía cuerpo de modelo. Unas piernas bien moldeadas (nada de palitos de popote), una cintura de encanto y unos pechos que, aunque no eran grandes, lograban una redondez y firmeza envidiable. Todos en la preparatoria la ubican y hubo muchos y muchas que sucumbimos con el simple hecho de verla cruzar por algún pasillo de la escuela. Quién diría que tuve la dicha de tocarla…
    
    Se llama Jimena, pero todos le decimos “La Jimo”. Y eso era por dos razones. Una, porque aunque se le veía coquetear y andar con hombres, su gusto se inclinaba con mayor medida hacia las mujeres. La segunda razón era porque quienes lograban estar con ella en la intimidad, fueran hombres o mujeres, hacían correr rumores de que era muy escandalosa en la cama. Todo ello y ...
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