1. Borracha para ella


    Fecha: 25/05/2020, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... beso. Ella fue más rápida y me metió al baño para cerrarlo y seguir besándome. Yo me seguía sintiendo borracha, esa sensación de mareo leve que permite la posibilidad de no pensar las cosas y hacerlas. La velocidad con que estaba pasando todo y el deseo irrefrenable de seguir el instinto y continuar con lo que estaba pasando me llevó a seguir el juego. Jimena volvió a besarme y yo correspondí, los besos se fueron intensificando y sus manos comenzaron a recorrer cada parte de mi cuerpo. Me rendía con la mirada, con el suave tacto de sus manos perfectas; el efecto era electrizante, deseable, carnal. Llevó sus manos hasta la altura de mi pecho y con suma delicadeza tocó uno de mis pezones por encima de la ropa, eso me puso a mil, sentir cómo recorría con lentitud y deseo mi pecho mientras su lengua y la mía se entrelazaban en el beso. Quise hacerle lo mismo, pero ella me detuvo, quería seguir con la iniciativa y yo sólo me dejé hacer lo que quisiera.
    
    Pronto me quitó la blusa y el sostén, siguió besándome mientras tocaba mi piel con las suaves yemas de sus dedos, haciendo movimientos circulares, rodeando cada uno de mis pechos. La sensación era indescriptible, sentía un deseo que hasta entonces no había experimentado. Los hombres con los que había estado hasta ese momento eran muy bruscos y para el momento en que ella seguía besándome y mojándome por dentro, los hombres ya se hubieran venido dentro. Jimena sabía cómo preparar el camino a un gran orgasmo. Sus caricias y los ...
    ... leves gemiditos que provocaba cerca de mis oídos me mojó más y más. Ella dejó de besarme para llevar su lengua a mis pezones y lengüetearlos a placer, los ponía más duros y mis manos (que para ese momento ya estaban por debajo de su blusa) tocaban la perfección de los suyos. Ella llevó su mano entre mis piernas y comenzó a frotar su dedo por encima de mi ropa, podía jurar que sentía cómo había humedecido ya toda la panty y sin que ella me lo pidiera me bajé los jeans con todo y panty a la altura suficiente para que ella pudiera tocarme a placer. Ella no se desnudó del todo, tan sólo jaló un poco de su blusa para dejar ante mi vista la majestuosidad de sus pechos, que traía sin sujetador alguno. Enseguida bajó el asiento del retrete y tomó asiento, me sentó sobre ella, a espaldas suya, y me abrió las piernas para quedar a la misma distancia que las suyas. Por la diferencia de cuerpos (ella era más alta y esbelta que yo) no le costó tenerme como ya me había colocado. Mientras me besaba la espalda y el cuello (algo que hizo mojarme aún más de lo imprevisto) con su mano izquierda masajeaba mis pechos, mientras que con la derecha tocaba sutilmente mi monte de venus. Poco a poco se fue acercando a mi clítoris para tocarlo con la delicadeza suficiente para no sentir dolor, sino placer. El deseo apoderado en mó ya quería que ella metiera sus dedos en mi húmeda vagina.
    
    Comenzó rozando mis labios vaginales con dos de sus dedos, en una especie de “V” invertida, sus besos y el roce de su ...
«1...3456»