Borracha para ella
Fecha: 25/05/2020,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... otra mano me tenían a su entera disposición. Sentir cómo me dominaba y me dejaba persuadir en un baño, con alguien que no conocía pero con la que quería estar, la misma chica que me provocó meses antes un orgasmo con el simple hecho de imaginarla tocándose, me llevó a pedirselo con todas las ganas del mundo: “méteme tus dedos, no aguanto más”. Ella no tardó en hacerlo. Primero comenzó con el dedo índice y sentí el mayor de los placeres, comencé a moverme sobre de ella, era como sentir una verga dentro, una que había preparado todo el camino y al fin tenía su recompensa: una vagina caliente y húmeda queriéndose comer todo lo que estuviera a su paso. Poco después metió otro dedo y mi vagina estaba tan dilatada que el entrar y salir de sus dedos era una experiencia fascinante. En ocasiones giraba mi rostro para besarla y que ella viera mi mirada de mujer que se estaba entregando con todo, una mirada de gatita (como así me dice ahora) que estaba siendo satisfecha sexualmente. Seguía moviéndome en movimientos circulares y ella me pidió que me levantara para sentarme. Ella se reclinó sobre mí, bajó más mis jeans y panty, y puso una de mis piernas por sobre su hombro y comenzó a lamerme el clítoris al tiempo que seguía con el ritmo imparable y placentero de sus dedos. Yo me llevé una de las manos a mis pechos para frotarlos y apretarlos, la sensación de sentir la punta de su lengua en mi clítoris y el movimiento de algo que bien podía ser un toro por la velocidad y embestidas ...
... que me daban sus dedos, provocaron el inevitable gemido de placer que esperaba no se hubiese escuchado por la música del lugar. Ella siguió lamiéndome y dedeándome a placer hasta que no pude más y sentí un orgasmo explosivo, mismo que me hizo temblar y cerrar mis piernas para que sus dedos quedaran atrapados en mi vagina dilatada y mojada.
Ella pasó su cara sobre mis piernas, se levantó y se llevó los dedos con los que me penetró a la boca y lamió mis jugos al tiempo que la otra mano entraba bajo sus jeans y entre sus piernas. Se estaba tocando y dedeando mientras me veía cómo me había dejado, lamiendo sus dedos hasta dejarlos completamente limpios. Al terminar, Jimena se volvió a colocar la blusa y me besó para después decirme: “¿Verdad que querías repetir? A la otra vas tú” y salió del baño para seguir en la fiesta. Yo me vestí casi enseguida. El mareo había desaparecido nuevamente y pensé qué podía hacer ahora, no podía regresar con mis compañeros porque comenzarían a preguntarme dónde anduve. Salí del baño y también salí del antro para irme sola a mi casa casa. En el camino pensé que toda la gente supo lo que Jimena y yo habíamos hecho y cada que se cruzaba mi mirada con la de algún transeúnte me imaginaba que me decía lo puta que era y lo cachondo que había sido aquella escena con Jimena. Para cuando volví a casa, me puse a pensar en lo que me dijo al final. ¿Habrá sido sólo por lo desconocido o de verdad me gustaban las mujeres o sólo me gustaba Jimena? Tenía que ...