1. El colector del autobús


    Fecha: 02/06/2020, Categorías: Gays Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues

    ... segundo temí que Javier nos estuviera viendo pero como todo estaba oscuro. De repente, se encendieron luces pero no en todo el bus sino lucecitas como de navidad, cuando prendió la música, comenzó a sonar un trap, supe que Javier estaba despierto. Ni siquiera volteé a ver, solo seguí mamándoselo a Daniel ahí donde estaba. Esta vez succioné sus bolas una por una, y eso le dio retorcijones de placer, luego me las metí las dos en la boca con algo de dificultad y se las chupé por un buen rato. Luego me detuvo y me tiró al piso, de modo que volví a quedar dándole la espalda, y el culo. Se echó saliva en el guebo y me echó saliva en el culo, supe que ya vendría lo mejor. —Voltéate mejor. Quiero verte la cara cuando te reviente ese culo. No dije nada y obedecí. Ahora lo tenía viéndome a la cara. Tomó mis pies y los puso cada uno a un lado, de modo que cada pie quedó encima de un asiento, izquierdo y derecho. Se echó nuevamente saliva y lo puso en la entrada de mi culo. Comenzó a introducírmelo lentamente y se acercó a mí, me besó el cuello y me chupaba la oreja izquierda. Era como si sabía que si hacía eso mi culo se abriría de par en par. Y así fue, me sentí más entregado, más dado, más relajado y sentí que entró lentamente, me comencé a sentir lleno, y de ratitos abría mi boca emitiendo un leve “ah” hasta que sentí sus bolas pegadas a mis nalgas, cosa que me indicaba que ya tenía todo el guebo de este hombre dentro de mí, ya era mío, ya podía decir que me había cogido. Lo dejó ...
    ... un rato dentro de mí sin moverse, y yo no aguantaba el desespero, quería que me cogiera duro ya. Pero él solo me besaba el cuello, de un lado y del otro, luego quedó frente a frente junto a mí y me dio un piquito, solo rosaba sus labios con los míos, y eso me encantaba. Luego se alejó un poco de mí y se incorporó en sus piernas, tomándome por las caderas y halándome más hacia él, después puso los puños de sus manos cada uno a los lados de mi cabeza, sacó el guebo casi por completo y me lo volvió a meter. Tenía la cara seria. Yo solo gemí un poco. Volvió a hacer lo mismo. Volví a gemir. Acercó más sus labios a los míos y me besó suavemente moviendo sus caderas al compás de sus besos, lentamente. Al cabo de unos minutos, sus besos fueron más fuertes y se empezó a mover más rápido. Yo dejé de besarlo y volví mi cabeza a un lado. —Ah, ah, ah, así, así, me gusta, sigue, sigue. Dale, no pares. Así, uff, aff, siii, así. — ¿Te gusta? —preguntaba él chupándome el cachete. —Sí, me encanta. Dame más—respondía yo de manera entrecortada. — ¿Así? —decía él aumentando el ritmo de sus embestidas. Yo, por mi parte, respiraba más aceleradamente. —SÍ, SÍ, SÍ, ASÍ. UFFF, QUÉ RICO, ME ENCANTA, UFF. ASÍ, SÍ. —Y no te ha entrado todo. — ¿Y qué esperas para metérmelo todo? Dale, así, anda, todo, todo, uff. Me agarró las dos piernas y las puso en sus hombros, así, me sentí indefenso, desprotegido, a su merced, así sí sentí cómo me entró todo. —Esoo, ahora sí lo tienes todo adentro. Qué golosa putica ...
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