Historias de fotógrafo. La tía entretiene al esposo, luego será ella. La tanga
Fecha: 03/06/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
El fotógrafo es un ladrón de realidades, su ojo es la lente de la cámara, su objetivo la vida, su fin eternizar ese instante de vivencias. Aprende a mirar donde los otros solo ven, captar esa instantánea que nadie percibe, estar atento a situaciones y circunstancias, la cámara se convierte en una extensión de sus ojos, hacer inmortales vivencias volátiles, retener una imagen tan fugaz como un destello, dejar impresa la realidad que nadie mira.
Es una profesión muy gratificante, además la actividad permite observar sin ser observado, ver como nadie actitudes y gestos, se aprende a entender el lenguaje corporal, de la gestualidad, conocer actitudes y conductas, sobre todo en las fiestas, cuando el licor hizo más fácil el sí y menos contundente el no.
Mi rubro principal, es fotos de estudio, pero lo más frecuente es la fotografía social, ámbito propicio para el levante, que por lo general deviene en relaciones ocasionales, algunas duran lo que el efecto liberador de la soledad o la bebida en demasía. La tarea de fotógrafo no impide la del cazador furtivo que siempre llevo conmigo como equipo profesional.
La tarea del cazador se asienta en dos pilares: táctica y estrategia. Táctica, estudiar el terreno, evaluar el ambiente femenino, cuáles se encuentran solas o mal atendidas, esperar el momento propicio, cuando la bebida las hace más permisivas, o el tedio por haber concurrido sola hizo mella. Seleccionadas las posibles presas es tiempo de poner en práctica la ...
... estrategia. La estrategia consiste en el sigiloso acercamiento, captar su atención, como por ejemplo robarle una sonrisa en una instantánea tomada por sorpresa en alguna actitud que amerite conseguirle una sonrisa.
Esa técnica casi siempre me da buenos réditos, de todos modos, casi siempre busco más de una para tener un plan b.
Puestos al tanto de la metodología voy a contar una de mis andanzas.
Voy a presentarme: Daniel, cuarenta y cinco años muy bien llevados y mejor vividos, casado, pero no castrado, sin atadura moral para ejercer a pleno mi rol de cazador nato, tomar del árbol del amor el fruto prohibido, disfrutar del sexo y libertad en deseo. Tengo un dicho que me sirve de leiv motiv: las mujeres son todas peras en el árbol del amor, y como soy un gran consumidor de frutas…
En esta ocasión fue una fiesta de casamiento, había concurrido acompañando de un ayudante para la tarea de iluminación, un trabajo más como tantos, pero esa reunión no era lo habitual, desconozco el por qué, pero por alguna circunstancia que no supe el ambiente no era tan alegre y chispeante como en otras, digamos algo pesado y hasta por momentos un tanto tedioso.
Rutina estándar, lo de costumbre, en los momentos de pausa recorrer el salón buscando alguna mujer que amerite despuntar el hábito de cazador y regular la mira para adecuar el momento oportuno del abordaje seductor.
En rápida recorrida, visualizo a dos de ellas estaban sumando puntos como para ser objeto de posible abordaje en algún ...