1. El viaje al que me envió mi empresa


    Fecha: 06/06/2020, Categorías: Incesto Autor: Sleepkiss, Fuente: CuentoRelatos

    ... disimular abrí el mini-bar y saqué un refresco para invitarle. Cuando volteé para ofrecérselo, lo vi parado con la bragueta del pantalón abierta, y su pene fuera. Mis ojos no me habían engañado, cuando en la mañana lo vi acomodársela. Era una verga larga y gruesa, que estaba arqueada hacía arriba y coronada por una cabeza gorda y colorada.
    
    Le pregunté qué era lo que estaba haciendo, y me respondió que por favor lo ayudara esa noche, ya que sentía que estaba a punto de explotar. Sin mucho convencimiento le dije que era una mujer casada, y mientras le hablaba, en vez de mirarlo a la cara no podía alejar mis ojos de su verga. Él parecía no escuchar mis palabras, y comenzó a caminar hacia mí. En vez de tratar de disuadirlo, me quedé pensando que se sentiría tener esa verga dentro de mi coño, y me olvidé de mi marido y de mi promesa de comportarme como una señora.
    
    Al estar frente a mí, se agarró la verga con una mano y la metió por debajo de mi falda. Pude sentir que la cabeza tocó mi coño por encima de mis braguitas, al momento que ponía sus manos en mis nalgas. Me empezó a chupar los labios, y a meter su lengua dentro de mi boca, y luego me desabotonó la blusa. Me abrazó de tal forma, que mis senos salieron por encima del sujetador, y al ver mis tetas se puso a chupármelas.
    
    Rápidamente me sacó la ropa que tenía puesta, quedando desnuda por completo. Cuando él se comenzó a quitar la ropa, me arrodillé para chuparle la verga, pero ésta no entraba debido a su tamaño, así ...
    ... que la metí hasta donde pude, pasándole mi lengua cuando la tenía dentro. Luego me puso al filo de la cama, y me empezó a lamer y chupar la concha. Luego de eso me abrió las piernas, y tomando cada una en sus manos, me penetró con esa verga increíble. Cuando me la empujó di un suspiro, y mis labios vaginales rodeaban el grosor de su verga con exactitud.
    
    Empezó a bombearme metiendo y sacando, haciéndome sentir lo que era una tranca de verdad. De tanto que me metía, empecé a sentir un orgasmo, y rogué para que no sucediera igual que con mi marido. Mientras sentía que me elevaba y mis piernas empezaban a temblar, sentí un torrente que me inundó. Casi me pongo a llorar, pensando que quedaría sin completar ese placer, pero él rápidamente se sentó apoyando su espalda en el respaldar de la cama, e hizo que me sentara sobre él. Comencé a cabalgar sobre su verga, y para sorpresa mía no perdió su virilidad, sino por el contrario continuó dura como en un principio.
    
    Contar con palabras lo que sentía en ese momento, sería solo un pálido reflejo de la verdad, ya que mientras yo subía y bajaba con fuerza, mis tetas se movían de tal forma que él por más que quería, no podía alcanzarlas para mamarlas. Yo por mi parte apretaba mis dientes fuertemente, sintiendo un cosquilleo que subía desde mi vientre hasta mi cabeza, cuando sentí un orgasmo largo que hizo que los costados de mi cabeza, latieran por el esfuerzo.
    
    El al verme en ese estado de trance, me agarraba las nalgas para ayudarme ...