1. Ayudando a Mamá (07).


    Fecha: 07/06/2020, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos

    ... no lo podía creer.
    
    - No, a la vez no. Te dije que fueron entrando uno por uno. Me sentía la prostituta barata del barrio. Cuando entraban me los atendía muy bien. Se las chupaba, me los montaba, dejaba que me la metieran cuatro. Me sobaban las tetas. Me sentía una diosa romana del sexo. La cosa es que cuando estaba garchando con el cuarto tipo, el quinto entró a la pieza, estaba re impaciente, ya la tenía re dura. Y bueno… se la empecé a chupar mientras el otro me daba, la concha ya me ardía de tanta verga que me habían metido. Pensé que sería sólo eso, que yo se la chuparía un rato a uno mientras el otro me la metía, pero en cuanto estaba montada sobre uno, el otro se me acercó por atrás y me la encajó en el culo. Le pedí que por favor no lo hiciera, pero fue inútil.
    
    - Eso te pasó por puta.
    
    - Y a mucha honra – dijo sacando pecho – la cosa es que estos dos, en lugar de hacérmela fácil, estuvieron cogiéndome un montón de tiempo. No te imaginás cómo me dolía el culo. Peor que cuando mi viejo me la metió. Para colmo se cambiaban de lado y ninguno de los dos me la metía de la misma forma, pero sí lo hacían fuerte
    
    - ¿Y a vos todo eso te gustó?
    
    - No te voy a mentir, me calentaba mucho que me dieran de a dos a la vez, nunca lo había hecho. Hasta me los monté un rato a cada uno usando sólo el culo. Me lo maltrataron bastante, pero en el momento de calentura no pensé. Después me arrepentí de eso. Por fin cuando acabaron me dejaron ahí…
    
    - Toda enlechada y ...
    ... reventada.
    
    - Algo así. Lo peor fue que al otro día me dolía todo, especialmente el culo. No podía ni sentarme. A la noche siguiente tuve que tomarme una pastilla para poder dormir, porque de a ratos me dolía. Por suerte la pastilla era bastante fuerte, dormí re bien. Pero cuando me desperté me seguía doliendo. Pensé en ir al médico, creí que me habían fisurado el culo, pero el dolor no era tanto, más bien era como un ardor, una incomodidad. Al menos podía dormir bien en la noche gracias a las pastillas y unos días más tarde el dolor se me fue solo.
    
    - ¿Y no te dieron ganas de volver a hacerlo por atrás?
    
    - No, para nada. Hasta hoy. Mario vivía pidiéndome que lo dejara metérmela por atrás, pero la idea de que me doliera tanto me espantaba. Lo que no entiendo es por qué no me dolió esta vez.
    
    - Tal vez fue porque esta vez estabas relajada y sí querías que te la metieran por ahí.
    
    - Si, puede ser. Lo cierto es que me encantó. No me duele nada, al contrario, todavía tengo una linda sensación en la cola. Creo que ahora si le voy a dar el gusto a mi marido. Quiero que me den otra vez por atrás – giró sobre la cama dándome la espalda.
    
    No tuvo que decir más. Nos echamos el segundo polvo de la noche. Ya la tenía bastante dura por escuchar esas anécdotas. Se la metí con mayor facilidad. Lo hicimos de cucharita y no dejé de toquetearle las enormes tetas mientras lo hacía. Ella aprovechó la posición para hacerse tremenda paja. Cuando giró un poco su cabeza hacia atrás me le acerqué y ...