1. Ayudando a Mamá (07).


    Fecha: 07/06/2020, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos

    ... quedó muda al instante.
    
    - ¿Qué condición, que te calienta el sexo entre parientes? ¿Alguna vez fantaseaste con que tu esposo se cogía a tu hijita?
    
    Mi pene ya estaba completamente erecto, llevé un poco hacia adelante el pecho de mi tía lo cual hizo que mi miembro quedara justo contra la zona de su vagina, de inmediato supe que no llevaba nada de ropa interior, ni siquiera en los pechos, donde ya podía ver sus pezones marcándose en la tela. Su vulva se sentía suave y mi glande podía adivinar los contornos que dibujaban sus labios vaginales.
    
    - Mario debe estar bien dotado – continué diciendo – seguro que si la agarra a Naty la parte al medio. Ella tiene una conchita tan delicada… seguramente se la habrás visto muchas veces. Con mi mamá también te debés cachondear todavía, no creo que se te haya ido el gustito por ella, lo que a vos te molestó es que ella coja conmigo y con vos no.
    
    - Yo siempre pensé que ella no quería hacerlo conmigo porque yo era mujer y era la hermana – mi tía pegó más su cola a mi cuerpo, se frotó un poco contra mi pene – pero con vos lo hizo, además vos me decís que también lo hace con mujeres, así que el problema soy yo. Nunca le gusté.
    
    - No pienses así, el problema es que en ese momento ella no estaba preparada para dar semejante paso.
    
    - Y ahora que estoy vieja, gorda y fea, menos va a querer.
    
    - Estás muy equivocada tía, tenés un cuerpo hermoso. Mirá las tetas que tenés – pasé mi mano por su escote acariciando sus pechos, eran muy ...
    ... suaves.
    
    - Están todas caídas – tuve que liberar mi pene, la tela de nylon del pantalón me estaba lastimando.
    
    - Para nada – introduje una mano en lo profundo de la unión de esos grandes melones y agarré uno desde abajo. Me costó poco sacar la teta hacia afuera – todavía están bien paraditos y tenés lindos pezones – de hecho los tenía, eran marrones y bien formados, estaban duros al tacto.
    
    Apreté más mi verga contra su vulva y el efecto fue mágico, sentí como mi glande se hundía entre la carne, la tela de la calza era muy fina, se notaba que ya estaba desgastada por el uso.
    
    - Qué lástima que Naty no haya heredado tus tetas tía, pero seguro tiene alguno de tus talentos – podía sentir la humedad de su sexo transmitiéndose al mío – ella hace buenos petes ¿eso lo heredó de vos? – sólo pregunté para mantener el morbo de la situación.
    
    - Si, yo también hice muchos petes en mi vida, y no sólo a mi marido – me sorprendió su respuesta, bajé la mano derecha por su vientre y la introduje un poco por el pantalón, pero ella la apartó.
    
    - ¿Cómo es eso? ¿Antes de que se casaran? – tenía que aprovechar ese increíble momento de franqueza.
    
    - Antes y después – intenté colar la mano en su entrepierna pero ella me apartó una vez más.
    
    - No te tenía en esas andanzas, tía. ¿A quiénes se lo hiciste? – estaba muy interesado en el tema – pensé que eras más… frígida – ese fue su punto débil, fue como mojarle la oreja con saliva.
    
    - No soy frígida, me gusta comerme una buena verga de ...
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