Ayudando a Mamá (07).
Fecha: 07/06/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos
... después. ¿Te molestó que Naty me la chupe? Si vos sabés muy bien que ella hace eso con bastante frecuencia – me estaba pegando a su cuerpo con gran fuerza.
- Pero esta vez era distinto, era con vos – me aparté un poco y metí un dedo en su concha, ella respiraba agitadamente pero no gemía, estaba caliente por dentro y era un mar de flujos, su calza estaba mojándose toda en esa zona – es que cuando te la vi… tan dura y grande – meneaba su cadera de un lado a otro – la quería… la quería para mí. Me la quería comer toda.
Comenzó a menearse con ganas haciendo que mi miembro se frotara por su cola y, especialmente, por su conchita. Se estaba calentando muchísimo.
- ¿Me la vas a dar? – eso me la puso aún más dura todavía, si es que eso era posible - ¿Me la vas a meter toda? – metí dos dedos en su concha, esta vez si la oí gemir - ¿Me querés coger Nico? – le agarré la teta que tenía suelta.
No esperó mi respuesta, se fue bajando la calza de a poco, mi pene quedó entre sus nalgas, sentí su suave agujerito trasero, me dieron ganas de presionar hacia adentro pero recordé su rechazo al sexo anal. Retiré los dedos de su sexo y ella se inclinó hacia adelante, bajando aún más su pantalón. No le di tregua alguna. Apunté y penetré. Su vagina estaba tan suave, lubricada y dilatada que mi verga se clavó hasta los huevos de un solo envión.
- ¡Ahhhhhh! Hace cuánto que no me la metían así ¡Me gusta!
Apliqué toda mi experiencia en el sexo en darle el máximo placer posible, en ...
... poco tiempo me di cuenta que le encantaban las penetraciones profundad, así que sacaba mi pene sólo un poco, le daba embestidas cortas manteniendo mi glande lo más adentro posible.
- Uuuuyyy siiiii, siiii
El chasquido de mis nalgas chocando contra las suyas se escuchaba en toda la casa, si alguien pasaba caminando por la vereda sin dudas se daría cuenta de que allí dentro estaban cogiendo a una mujer. Mis dedos se hundían en las carnes de su cintura, su cuerpo me parecía más cálido que el de mi madre o mi prima. Mi miembro se movía dentro de su concha con total libertad, sobraba espacio allí dentro, la muy puta la tenía bien abierta, me puse a pensar en todos los tipos que se la habían cogido sin que su marido lo supiera. Esa idea sólo me calentó más.
- Dame, dame – ella estaba en una posición muy incómoda, pero aun así pedía más.
Le di más. Empecé a sacar más mi verga para darle fuertes estocadas, no me movía tan rápido como antes pero se sentía increíble el sacarla toda y volver a meterla tan fácil. Nunca había fantaseado con metérsela a mi tía, de verdad. Tal vez sea porque mi madre acaparaba todas mis fantasías incestuosas, pero ahora me daba cuenta de todo el potencial sexual que tenía Elvira. La estaba pasando de maravilla. Ella me acompañaba con movimientos de cadera, además flexionaba un poco sus rodillas para agacharse y luego subía otra vez. Después de un rato me dijo:
- Para un segundito, pará.
Me detuve, supuse que ya se estaba cansando de estar ...