Una noche, mi hermana y yo
Fecha: 09/06/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Moises, Fuente: CuentoRelatos
... aunque habían cambiado de posición, además, había un cuarto miembro, una revisora del tren que estaba mostrándole a la cámara su sexo rasurado en triángulo. La escena era bastante buena.
Las dos mujeres estaban haciendo un 69 y sus pechos chocaban contra el estómago de la otra, era delicioso. Mientras, Joe estaba penetrando a la revisora del tren que estaba debajo, y el cura estaba culeando a la rubia que estaba encima. Una escena digna de la mejor paja. Y eso estaba haciendo yo, masturbarme cuando me fije en uno de los cristales de las vitrinas que hay junto a la tele y que reflejan la puerta del salón que está justo detrás del sofá. Se me volvió a parar el corazón cuando me pareció ver a mi hermana reflejada. Me volví a fijar y allí estaba. Justo en el quicio de la puerta dispuesta a salir de mi ángulo de visión si me giraba. Mi hermana me estaba espiando mientras me masturbaba. No me lo podía creer pero así era. Cuál fue mi sorpresa cuando me fije mejor y después de que el televisor emitiese una intensa luz blanca, me di cuenta de que mi hermana tenía su mano metida debajo del pantaloncito corto de su pijama. Entonces se me ocurrió una idea perfecta.
Traté de acomodarme de tal forma que mi hermana me viese perfectamente. Si quería excitarse yo la iba a ayudar. Situado como estaba, mi hermana podía ver perfectamente mi miembro erecto y yo podía verla mientras fingía que miraba la tele. Empecé a masajearme el pene. Mi hermana se estaba conteniendo la respiración ...
... mientras aceleraba el ritmo de su mano bajo su pantaloncito. Seguí masturbándome un rato hasta que mi hermana dejó escapar un ligero gemido que llegué a oír, con lo que rápidamente desapareció de mi ángulo de visión, seguramente hacia su habitación. Había ayudado a mi hermana a que se masturbase. Era excitante. Sólo que pensándolo mejor, la única que se había beneficiado de eso era mi hermana. Por eso decidí hacer lo que hice para conseguir mi recompensa. Esperé un buen rato junto a la puerta de la habitación de mi hermana, lo suficiente como para que se durmiese, lo cual no sería muy tarde ya que seguramente estuviese cansada después de lo ocurrido.
Cuando creí que ya había pasado suficiente tiempo giré el pomo de la puerta y empujé. Me acerqué hasta mi hermana y escuché para asegurarme de que estaba dormida. Me quedé observándola. Ahí estaba mi hermana, a medio metro de distancia. Era una mujer en toda regla, tenía dos años más que yo y dos tetas muy bien puestas. Alguna vez me había fijado en ella como mujer, pero en el fondo era mi hermana y aquello nunca había pasado de unos simples pensamientos. Pero ahora era distinto. Estaba frente a mí, con una pierna fuera de las sabanas y mostrándome su culito en pompa cubierto sólo por su pantaloncito y puede que por unas braguitas. Pero eso lo descubriría enseguida. Tras cerciorarme de que estaba completamente dormida conseguí quitarle las sabanas por completo. Le toqué la rodilla y el corazón se me disparó una vez más. Ella ni se ...