Alex, 18 años, casi Alexia de tan lindo (final)
Fecha: 15/06/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... le había ocurrido de calentarse con Diego y sentir ese intenso deseo de penetrarlo, de hacerle tragar su pija por el culo y por la boca.
Ligia y los tres Amos miraban expectantes el desplazarse de Alex hacia Diego, que permanecía echado en el piso. Alex le dijo que se pusiera en cuatro patas, pero lo suyo no era mandar, su tono no era imperioso y su ex compañero siguió inmóvil. Entonces intervino Ligia:
-¿Te volviste sordo, mocoso? ¡En cuatro patas, carajo! –y esta vez sí Diego obedeció para no volver a padecer la crueldad de la mujerona.
Ya con su presa en posición Alex comenzó a sobarse la verga mientras contemplaba esas nalgas redondas, carnosas, firmes; esas caderas ensanchadas por la postura, esa cintura fina. Su calentura había alcanzado su nivel máximo. Ya estaba a centímetros de su víctima y fue entonces que Ligia entreabrió las nalgas de Diego y pudo ver que el orificio anal estaba bastante dilatado luego de las penetraciones sufridas.
-No hace falta la vaselina. –dictaminó para después dirigirse a Alex:
-Dale, empezá por el culo pero no acabes ahí. Cuando yo te lo ordene la sacás y se la metés en la boca.
-Sí… Sí, señora…
-Abrile esas nalgas de nena que tiene. –le ordenó Ligia y cuando Alex lo hizo le tomó la pija con su mano derecha.
-Mmmmmmhhhhhhhh… la tenés dura como piedra, nene… Estas hirviendo, ¿eh?
-Sí… sí, señora Ligia, tengo… tengo muchas ganas…
-Pero esperá, eso no querrá decir que ya no querés ser cogido por viejos, ...
... ¿no?
-¡No, señora!... sigo… sigo con muchas ganas de eso…
-Ah, me alegro… -dijo Ligia, aliviada. –Bueno, clavalo. –ordenó y Alex dirigió su verga hacia la codiciada entradita. Diego se estremeció al sentir el glande que presionaba y que, dada la dilatación del orificio, se introdujo sin demasiada dificultad. Diego gimió de dolor cuando tras al glande le entró una buena porción de pija y su gemido se convirtió en grito, un grito que excitó aún más a su violador.
Por su parte Alex estaba como embriagado del placer que sentía por el contacto de la sensibilidad de su glande con la concavidad del estrecho sendero anal que recorría una y otra vez. “Esto es glorioso… ¡glorioso!”, pensaba sin dejar de mover las caderas.
Ligia observaba la escena con una expresión morbosa en su rostro y respirando por la boca mientras los tres vejetes formaban un círculo en torno de los dos chicos y se los veía tan excitados como la mujerona.
Alex movía sus caderas de atrás hacia delante, de adelante hacia atrás y así su pija avanzaba y retrocedía una y otra vez adentro del tierno culito de Diego. La verga que ahora lo penetraba era de menores dimensiones que la de esos viejos que lo habían violado antes y por eso, luego del sufrimiento inicial, casi no dolía. Por el contrario, se encontró gozando del ir y venir de ese ariete por dentro de su culo. Era un goce inesperado e intenso que lo angustió aunque se le imponía por sobre su espanto ante semejante descubrimiento. ¡Estaba gozando de ser ...