1. Riberas del Donetz 3


    Fecha: 15/06/2020, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... abrazándole, cogiendo aquella cara y llevándola a su pecho, estrechándola contra sus senos como si quisiera meterla, incrustarla en ella misma, en su propio ser.
    
    Peter Hesslich alzó más el rostro, mirándola, como si no pudiera creer aquello. Y le habló con voz queda, trémula, agotada como él mismo se sentía, al límite de sus fuerzas, al límite y final de su vida
    
    Stella vio de nuevo la herida en el muslo de Piotr y le pareció horrible… Empezó a temblar y sintió que las lágrimas le corrían por el rostro pero como si no fueran de ella… Y sollozos quedos sacudieron todo su cuerpo
    
    A Peter Hesslich se le fue nublando la vista y perdió el conocimiento.
    
    Allí estaba ella, en medio de la estepa, en la soledad de la estepa… Rodeada de cinco cadáveres y con su hombre entre los brazos. Stella apretó más todavía el rostro de Piotr contra su regazo y lloró; lloró amargamente… La tarde se rendía a pasos agigantados y el crepúsculo tintaba de rojo casi carmesí el cielo.
    
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    La noche del 11 al 12 de Agosto de 1943 iba transcurriendo sobre la estepa rusa próxima al Donetz y Stella Antonovna permanecía allí, sola en la inmensidad de Rusia con el indefenso, desmadejado cuerpo de Piotr entre sus brazos, con sus manos acariciando aquel rostro embarrado en sangre y polvo y aquellos cabellos desmandados, desordenados y compactos por el barrillo formado por la tierra, el polvo estepario, al mezclarse con los fluidos del sudor y la sangre. La verdad ...
    ... era que su situación más desesperada no podía ser: Si optaba por regresar con los suyos, a su Compañía “Baida”, Piotr sería sacrificado, ejecutado, pues la ley de “No prisioneros” que la terrible Soia Valentinovna impusiera en su tiempo seguía por entero vigente entre ellas, luego… ¿A qué perdonar la vida a Piotr? Y, si intentaba llegar a las líneas alemanas, sería ella, Stella, la que no sólo resultaría ahorcada al final, sino torturada previamente e, incluso, quién sabe si violada repetidamente antes de ejecutarla
    
    Sí estaba en un callejón sin salida, entre la espada y la pared, sin poder moverse hacia adelante pero tampoco hacia atrás. Entonces, aquella noche, fue la segunda vez que su pensamiento, los ojos de su alma; o, tal vez de su inconsciente desesperación, se volvieron hacia aquel Dios de los Cielos, Aquel en quién su padre y su madre, y su tío Iván, creían y Al que rezaban. Ese Dios en el que en el fondo de su mente ella no creía, ese Dios al que tiempo ha el Marxismo-Leninismo desenmascarara, demostrando que no era más que un fantoche que las clases opresoras usaron para domeñar al buen pueblo; bueno, sí, pero inculto y supersticioso. Pero, no obstante todo eso, lo cierto es le rogó a ese Dios en el que no creía que les ayudara; les protegiera a Piotr y a ella… Pero al momento se dio cuenta de que todo sería inútil, pues para ellos dos no había remedio; no había lugar en la Tierra donde pudieran refugiarse… Donde pudieran vivir en paz, como cualquier otra ...
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