Promételo, sólo por esta vez
Fecha: 18/06/2020,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Ulpidio_Vega, Fuente: CuentoRelatos
... de esa charla empecé a ser sumamente gentil con Silvana. Le preguntaba si estaba bien, porque no la notaba muy bien de cara. Si necesitaba algo, si quería que hablara con mi viejo por el tema del alcohol. No desperdiciaba ninguna ocasión para alabarla, decirle que estaba espléndida. Que esta o aquella pilcha le quedaba mejor, que tenía que mostrar más sus curvas porque estaba “para el crimen”.
Varias veces, cuando terminaba su clase de gimnasia, la esperaba en la cocina con el desayuno que ella adora: un yogur, un buen café con leche y tostadas con mermelada. Ese día me la jugué entero: "Silvana, tenías razón con lo que decías de las mujeres. Que no va a ser ni la primera ni la última. Lo que pasa es que mi padre tuvo mucha suerte, no todos encuentran a alguien como vos". Noté que mis palabras la habían perturbado, al menos que se sintió tocada. Para sacar tajada de mi frase, la abracé lo más fuerte que pude y ella se puso a llorar. Estaba como cazador frente a una presa herida. Le levanté la pera y le di un beso apasionado que me devolvió con la misma pasión. Aproveché para meter mis manos en su culo, apretarle los cachetes para que sintiera mi erección. Y cuando nos despegamos me agaché y le di un beso en cada uno de las tetas por arriba de la ropa. Nunca la había visto tan perturbada. Mi jugada había dado resultado, ahora era ella la que me quería coger a mi…
Pasaron dos semanas desde ese beso. Yo seguía tratándola como a una reina. Sólo una vez bromeando le apreté ...
... uno de los cachetes y le dije: “Le hace falta más ejercicio, y le di una palmada. “A ver si a los 35 estás espléndida como yo”, me dijo entre risas como aceptando la nalgada.
El golpe lo di un viernes en el que mi padre y mi hermano se habían ido al campo que tenemos en el Sur. Uno de los dos siempre lo acompañaba porque teníamos miedo de que manejara en pedo.
Silvana se había prendido la tele del living con una picadita y un vino y me preguntó que qué iba a hacer. Yo le dije que tenía una cita. Ella me ayudó con la ropa y hasta me pellizcó la cola cuando me probé uno de los pantalones de papá. "Te quedan bárbaros, tenés una cola muy linda. Hoy vas a ganar".
Tenía todo pensado, cuando vi que Silvana se metió en la ducha para darse un baño, la saludé. Ella me dijo que esperara y salió del baño cubierta con una toalla. "No me vas a dar un beso?", me dijo. Y cuando me acerqué soltó la pequeña toalla con la que se había cubierto y me comió la boca como yo se la había comido la otra vez. Esta vez hice el mismo movimiento cuando terminó el beso y chupé los dos pezones que salían como flechas.
Me fui a comer una pizza y a la hora volví. Toqué el timbre acusando que me había olvidado las llaves. Silvana me abrió en bata porque ya estaba metida en la cama. "¿Qué pasó?", me preguntó sorprendida. "Nada, esa hija de puta se hizo negar", le dije con mi peor cara de amargura.
Ella me abrazó, pude sentir el aroma de su piel suave y me excité de tal manera que sentía que me iba ...