La filosofía del látigo (Parte 1)
Fecha: 03/10/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: JuanCarlosBaca, Fuente: CuentoRelatos
Era sábado noche y eso para Nacho significaba salir de caza. Toda la semana trabajando de conserje en un portal y por fin tocaba un poco de diversión. Con su pelo engominado, su perfume Axe y su mejor vestuario, se fue flechado a la discoteca Splash, a ver qué chochito caía hoy. La experiencia era un grado y más después de sus seis presas este mes: todas violadas, abofeteadas y bien folladas para urgencias. Realmente no era un trabajo, era diversión pura y dura. Ver sus caritas asustadas y entregándose a lo inevitable con sumisión era una satisfacción masculina que todo hombre sentía, fuese cura, policía o esposo con familia. Así de cabrón era el hombre. Un fallo genético en el ADN que la naturaleza seguía sin arreglar, y que mientras llegaba ese momento Nacho aprovecharía con creces. Además, dos compis policías le cubrían las espaldas por si acaso.
Y ahí estaba él otra vez, divisando en la discoteca con disimulo y a la espera de una gacela que cazar. En verdad es lo que hacían los de su edad cada semana. Él, sus amigos, sus vecinos, su padre, sus hermanos, así es el mundo de la testosterona. Una vez que la polla se pone dura el cerebro se nubla y entra en colapso como un ordenador hackeado.
-Vaya, vaya, vaya…
Nacho ya eligió casi babeando.
Una rubia platino despampanante se tomaba una copa en la barra del bar con un cruce de piernas espectacular y un porte de playmate. Nacho pestañeó varias veces creyendo ver visiones. ¿Era real lo que tenía delante? Madre mía ...
... con la madre naturaleza. Hacía milagros y aquella jovencita de 22 años era una. Olía a gel de baño y aliento mentolado al acercarse. Tanta belleza imponía e incluso Nacho sintió ciertos nervios, algo incongruente a estas alturas. Aquella chica iba a tener un trato especial. No sería violación y desgarro. Esta vez iba a ser algo diferente y gozoso.
-Hola, ¿estás sola? –se colocó Nacho a su lado. De cerca imponía mucho más que de lejos.
-Eso parece –susurró con una vocecita de película erótica.
-¿Y ese capullo tiene nombre?
La carcajada de la chica repicó como una música melodiosa.
-No, no hay ningún capullo. Mis amigas. Se han ido a zorrear por ahí y me han dejado tirada. Además, si acaso capulla.
-Oh, entiendo. ¿Te invito a otra copa? Tu vaso está seco.
-Gracias, pero no. Es la tercera que me tomo y por esta noche ya va.
-Pero si es temprano. La noche es joven.
-Hoy está la cosa floja. El aire está muy cargado y hay mucho guiri diciendo hello.
-Sí, ya los he visto. Podemos ir a otro sitio. Tú elijes dónde y te llevo. Tengo un cochazo en el parking que alcanza los 100 kilómetros por hora en 6 segundos.
-¿Eres millonario?
-¿Te gustaría que lo fuera?
Los ojos de la chica estudió las facciones de Nacho un instante, como buscando un rasgo de confianza.
-¿Tienes hambre? Te invito a un Burguer King o a un McDonald´s.
-No me va la comida basura. Yo prefiero algo más selecto. Un restaurante francés o comida hindú.
-Di el lugar y tiramos ...