La historia de Ángel, solo era un muchacho (22)
Fecha: 20/06/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... gatito, que delicioso calorcito mi amor, abrázame la verga con tu ano mi vida. -me daba pequeños pero duros empujones llenándome de placer mientras me susurraba en el cuello besándome la espalda.
-¡Ayyy! mi Álvaro, siento tu polla recorrer mi tripa, que rico me follas mi amor, no te detengas, no pares de cogerme amor mío.
Estuvo unos minutos en esa postura con la que me dominaba totalmente, cubriéndome como si fuera su hembra, a veces abrazándome la tripa con los brazos, dándome fuertes topetazos sacándola unos centímetros, otras colocando las manos sobre mis hombros, entonces extraía casi toda la carne de mi culo para enterrarla seguidamente con fuerza tirando de mi y doblándome la columna.
-¡Ooooh! Mi amor dame duro mi vida, haz que te sienta en mi tripa, mátame de placer Álvaro. -eso le excitaba acelerando el ritmo de la cogida, hasta que ya no podía más y sentía que el gusto que su verga me daba me llevaba al orgasmo.
-Me voy a correr Álvaro, me viene la leche mi vida, dame la tuya, déjamela en mi culito.
-Sí, si, toma mi leche, toda para mi gatito goloso. -me dio una fuerte estocada y se quedó clavado comenzando a llenarme el culito como le había pedido, en ese momento me llego el orgasmo, estábamos sincronizados como dos relojes, gritando los dos de placer y temblando haciendo que la cama crujiera.
Esa noche me dormí inmediatamente cuando nos volvimos a la cama, después de ducharnos y ya me sentí abrazado por sus brazos, y con su polla dormida pegada ...
... a mis nalgas.
-Te amo gatito lindo, te amo mucho.
-Yo también Álvaro.
Por otro lado, según pasaban los días, me ponía más nervioso al acercase la fecha de la llegada de Pablo. A Eliseo se le notaba contento también por el mismo motivo, ya me había acostumbrado a sus bromas que a veces me producían sonrojo.
Todos los días, a la tarde, pasaba a buscarme y si él no podía enviaba a alguno de sus hombres, por cierto nunca envió a Marcos a recogerme, seguramente no le quería ver cercano a mi.
Ese viernes al mediodía, mientras comíamos, me distraía hasta el punto que Victoria me habló alarmada.
-Ángel cariño, te sucede algo, te sientes mal. -desperté de mis ensueños consternado al ver a los dos mayores observándome.
-¡Perdona! No te escuchaba. -la mamá de Álvaro me sonrió comprensiva.
-No estas comiendo y se te ve como dormido, ¿quieres que avisemos a Álvaro? -me encontraba bien, solo que pensaba en el momento en que viera a Pablo, me sentía impaciente y tenía taquicardias.
-No te preocupes, es un ligero dolor de cabeza sin importancia. -me esforcé en llevar la comida a la boca para que se quedaran tranquilos.
En mi habitación no podía permanecer sentado y paseaba intranquilo como un león enjaulado, a ratos miraba el paisaje blanco por la nieve que caía intermitente, dejaba de nevar y un momento después volvía a precipitarse en enormes copos; si por lo menos Eliseo hubiera enviado a alguien a buscarme.
A pesar de estar la calefacción encendida y los ...