3 - Oscuridad total
Fecha: 22/06/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos
... de haz de luz escarlata y saludando hizo un gesto de que siguiéramos, las puertas se abrieron y nada más cruzarlas se cerraron detrás, pensé que estaba atrapado.
Ascendimos en dirección oeste, diagonal hacia el norte, llegando a una casa rodeada de muros de enormes piedras de granito, altos robles casi tapaban la casa, me fui preparando para lo peor, esa clase no me la esperaba, y temblé ligeramente, el valor desapareció y emergiendo la inseguridad.
No te asustes, te llevaré a su refugio y desapareceré.
¿Y cómo salgo de aquí? – Dije con voz inaudible.
Ella proveerá, no te preocupes.
Dijo con media sonrisa, sabía de mi miedo, cierto es que temblaba ligeramente. De nuevo puertas que se abren y cierran detrás, rodeó la enorme casa con forma de L tumbada, la dejamos atrás llegando hasta otro grupo de dos edificios de dos plantas, unidos por un puente de piedra, pasamos por debajo de él entrando en un garaje, balizado como en los aeropuertos, seguimos el carril balizado hasta la puerta de un ascensor, detuvo el coche.
Entra en el ascensor, te espera en planta, no toques ninguna tecla.
Recogí el equipo de su coche y entré en el ascensor, esperaba con las puertas abiertas, nada más entrar se fueron cerrando, vi como el coche se alejaba y el aparcamiento se fue sumiendo en las sombras, no vi más ya que las puertas se cerraron.
El ascensor era muy silencioso, pasamos una B, un 1, un 2 y fue reduciendo la velocidad deteniéndose en la letra T. Las puertas se ...
... abrieron, oscuridad rota por la luz del interior del ascensor.
Salí titubeando, esperaba que alguien me recibiera, algún criado, pero no, quedé sumido en la oscuridad, me moví a un lado, pensando que algún sensor encendiera alguna luz, hacía calor y empecé a sudar ligeramente. Pero no la oscuridad persistía.
Estoy desnuda, quítate la ropa, te guiaré en la oscuridad en que vivo.
Su voz me sobresaltó, y gotas de sudor descendieron por mis sienes, no me esperaba esto. Obedecí dejando la ropa encima de la maleta con ruedas donde llevo el equipo.
Sentí su mano en mi hombro, mis poros emergieron al contacto de su mano. Luego las dos, y despacio recorrió mi espalda, llegando a la cintura, parecía reconocer mi cuerpo.
Estás muy tenso, lo estás haciendo al revés, la asustada soy yo, tranquilízate, me he enterado que no has cenado, ya que estuviste muy ocupado con las fotos, eso me dijo que antepones el deber a lo demás, un dato a tener en cuenta.
Temblaba ligeramente, su voz no me calmaba en absoluto, pero sus manos eran cálidas, mi cerebro me envió un mensaje, ella se apoyaba en mí, no era una garra, todo lo contrario, movía sus dedos reconociendo mi piel. De nuevo se movió.
Poniéndose delante de mí, su codo rozó mi estómago y sus manos recorrieron mi cabeza, y mi rostro fue repasado despacio con los dedos, luego siguió con el pelo, cuello, bajó hasta el pecho, pasó sus manos abiertas por mis axilas y bajando hasta las caderas.
Me di cuenta que se agachaba, deduje ...