El Intruso Capitulo 4 - Relatos Eróticos

El Intruso Capitulo 4

... como mi Carmen, se portaba sensual para que le permitiera que los dejara coger una vez más con Toñito en la cama. ‐ Si quieres… --- Carmen volteo a ver a Ramón antes de continuar—ve tú con Perlita y hazle compañía esta noche ‐ Aaahhh-- No pude evitar gemir con lo que Carmen me decía ‐ Recuerda, un poco de picante no nos hace mal, perlita ni cuenta se dará que estás ahí con ella—su mirada era muy sugestiva a los que me proponía. ‐ Aaahhh ‐ Anda ve y hazle compañía esta noche, mañana me dirás como… “dormiste” Se levantó de mi dejando mi pene todo mojado de semen y jugo vaginal, se dirigió de nuevo a donde estaba ramón y se acostó a un lado de él, sus bocas nuevamente se juntaron y sus lenguas se enroscaron, ramón la empezó a manosear de forma obscena, le metía los dedos en la raja y después en el cuello de mi Carmen arrancándole los ya acostumbrados gemidos. No me miraban, ellos ya estaban en lo suyo, mire mi pene como estaba duro como roca, recién había aventado leche y ya estaba erecto de nuevo, no recordaba recuperaciones tan rápidas en mi vida, ahora eran ya una costumbre, siempre ocurría algo que me ponía duro como piedra. Me levante con la mirada nublada, los miré por última vez, ellos enroscados en sus besos y caricias no me veían, mire la cerradura, la tomé, la abrí y salí, mi pene aún estaba de fuera, se mecía con mi andar, caminaba por el pasillo hacia la recámara de Perlita, me paré frente a su puerta, sabía que si entraba todo estaría perdido, mi conciencia me ...

... decía “no”, pero mi pene me decía “si”. Le ganó mi pene a mi cordura, entré y mi niña dormía plácidamente, su cuarto olía a limpio, ella con su cara toda llena de paz, estaba hundida en sus sueños de ponis y esas cosas, dormía de lado, mirando hacia la puerta, rodee la cama y levante la sábana, vi su cuerpecito, era una princesita, tenía las formas de Carmen, cuando fuera grande tendría el cuerpo de infarto de su madre, me quite la camisa y mi pantalón, me acosté solo en bóxer, mi pene seguía por fuera de mi bóxer. Quedé acostado en su espalda, la abrace queriendo protegerla, pero era de mi de quien debía protegerla, porque mi pene quedo atorado entre sus nalguitas, me quedé quieto, mi pene se movía solo. ‐ Aaahhh En eso estaba cuando escuche los fuertes gemidos de Carmen, nuevamente era cogida por ramón, no sabía como estarían involucrando a Toñito, pero solo de imaginarlo mi cadera se movió en las nalguitas de Perlita, mi mano fue a su cadera y la sostuve para hacer más efectivo mi movimiento, perlita se mecía con mi movimiento. ‐ ¡Sí! Ramón, mi amor si, así aaahhh Carmen gimió muy intenso, mi corazón era un vuelco, ya lo llamaba mi amor sin culpa alguna, me había dado un caramelo para que me callara y la dejara coger y liberarse, estando yo con perlita ella podría gemir y decir cuánto quisiera sin sentir culpa o recibir un reclamo mío. Y como podría reclamarle algo estando deslizando mi pene sobre las nalguitas de perlita, disfrutando al máximo mi lujuria, nunca lo hubiera ...