1. 49.4 Amantes confiados


    Fecha: 24/06/2020, Categorías: Transexuales Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... pueblo lleno de hermosas tumbas, arruinadas algunas por la humedad y el tiempo, donde la maleza del bosque lo va devorando en algunas zonas, lugar ideal para las ardillas que gatean por los árboles.
    
    Volvemos a correr para regresar a casa, no me dejan solo y adaptan su paso, yo soy corredor de fondo, pero no tengo sus piernas. El guarda que los conoce nos saluda al abrir la puerta.
    
    -Mañana hacemos el cambio de empresa de seguridad, no te dejes la tarjeta en casa. –Borja le habla advirtiéndole a Gonzalo y le dejamos en la puerta de su habitación.
    
    -Gracias por el paseo. –ahora se dirige a mí y solo le sonrío, no entiendo el motivo de este agradecimiento que en todo caso sería mutuo.
    
    Nos estamos duchando y Gonzalo me abraza.
    
    -Tenemos que prepararnos para desayunar todos juntos. –agarro su erecta verga para sacarla de entre mis piernas donde la tiene metida.
    
    –Pero si quieres lo hacemos. –abre el paso del agua a tope y se vuelve contrariado.
    
    -No, no, no, tienes razón, nos esperan. Estaría siempre haciéndote el amor, soy un sátiro, la castidad no va conmigo. –retiro las pompas de gel de su cuerpo proyectando el chorro de agua hacia él.
    
    -Me encantan los sátiros salidos y lujuriosos. –su barba sigue creciendo, me da la impresión de que ahora lo hace más lentamente y cada vez contrasta mejor con sus ojos chocolate.
    
    Wes nos ha dejado la ropa preparada pero no le veo por parte alguna.
    
    -¿Por qué me ha dado las gracias Borja por el paseo? ¿No habéis corrido ...
    ... otras veces?, parece que él si lo hace a menudo. -levantó la cabeza para mirarme.
    
    -Antes yo no vivía aquí, hacía mi vida con Ál y ellos no coincidían en todo. –su respuesta suena seca y cortante.
    
    Desayunamos los tres, los abuelos ya lo han hecho pero nos acompañan en la mesa, les observo comer y hablar, se respira un ambiente prodigioso a familia, a unión entre todos ellos. ¿Cómo sería su vida hace seis meses?, cuando vivían los tres solos y luego los largos meses con la enfermedad de Ál.
    
    No creo que mi inagotable curiosidad se vea algún día satisfecha, hay muchas cosas de las que no quieren hablar, y hacen como si no hubieran ocurrido y su vida hubiera sido plana, sin altibajos, sin vértigos.
    
    Marcharon los tres al despacho del abuelo, tenían que seguir hablando de los temas que trajo Gonzalo de Bergen y discutir la agenda de trabajo de la semana próxima. A la abuela no le gustaba que se hablara de trabajo y negocios en la mesa, aunque a veces era inevitable y tenía que transigir.
    
    Me disponía a marchar a mi habitación, también yo tenía trabajos pendientes que hacer, preparar mi lista de compras para la semana, y otra más con lo que tenía que hacer para cerrar mi estancia en Lille y todo lo que debía comentar con André y Elie, aunque mi trabajo en la fábrica consistiría ya en ir y desfilar por los despachos.
    
    Me sorprendió la abuela cuando me levanté.
    
    -¿Sabes jugar al ajedrez? -miré a la anciana sonriéndola.
    
    -Claro abuela, no muy bien, sé cómo se mueven ...
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