Matilda, guerrero del espacio (capitulo 33)
Fecha: 05/07/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... resultaba imposible seguir viviendo allí sin ella. Nadie le volvió a ver, algunos hablaban sobre rumores de que le habían visto en tal o cual lugar, pero nada seguro. Cien años después, unos arqueólogos que exploraban una cueva en Antequera, en la antigua España de la Tierra, encontraron un esqueleto y a su lado un escudo, con los emblemas de la Princesa, y un hacha de guerra. Cuando se confirmó que eran sus restos, la República de Mandoria los reclamó, y en una gran ceremonia, se enterraron junto a los de su amada princesa, para toda la eternidad.
Matilda y Ushlas permanecieron juntas hasta que muchos años después, la última murió de una extraña enfermedad contraída en el Sector 26. Su cadáver fue sepultado, sobre los acantilados de Raissa, cerca del mausoleo del conde Nirlon, frente a ese mar tan maravilloso que ella siempre amó. Matilda abandonó la flota, y después de depositar a Eskaldár en el monasterio de Konark, se recluyó en su casa desde donde veía permanentemente la tumba de su único y verdadero amor.
Con el tiempo, el sistema democrático de la República Federal se consolidó definitivamente, y los mundos principales del 26 pasaron a tener representación en el Parlamento Federal de Edyrme.
Pasaron los años, los siglos, y la terrible guerra que acabó con el tirano, fue perdiéndose en el recuerdo cayendo en el pozo del olvido. Pero no sus protagonistas, en Mandoria, nunca faltan flores en las tumbas de la Princesa y de Ramírez. En Raissa, dos tumbas sobre sus acantilados demuestran la fuerza del amor a los millones de peregrinos que anualmente las visitan. Dos figuras de piedra blanca, con las manos enlazadas, dan fe de una historia de amor colosal, inmensa como el mar que se abre ante ellas.